Algunos hablaban sobre oportunismo y una falsa rebelión, observando a la distancia lo que sucedía en Nueva York y la generación “The” (cuyas bandas no siempre iniciaban con ese pronombre) a través de la historia oral de 'Meet Me In The Bathroom' de Lizzy Goodman, nos encontramos lejos de prejuicios de la época y con una ciudad que se extiende a una generación formada en tiempos del boom del dot com, la implosión de proyectos de Internet, el intercambio de canciones vía correo electrónico y el descubrimiento del DIY digital.
Como sucede en muchas historias orales, el que escribe se desplaza a un lado y nos muestra un baile en el que entran y salen voces para recrear los diversos aspectos de una época, la memoria persigue el sueño de rock and roll de una ciudad que al igual que Seattle en su momento, debe generar su propia escena en un Manhattan en proceso de gentrificación.
Los protagonistas de la historia se mueven entre escenas, en un momento seguimos a LCD Soundsytem y The Rapture, en otros estamos en bares, clubes y bodegas observando la edición de sonidos y películas, volvemos a la formación de DFA Records y la aparición de proyectos como The Strokes, Interpol, Yeah Yeah Yeahs, TV on the Radio, Vampire Weekend, The Libertines, The Walkmen y The White Stripes. Nos encontramos con un catálogo de instantes que en conjunto pero de forma separada entre Detroit, Londres, Montreal y Williamsburg, epicentros indie/hipster/como quieran llamarle a la era.
De alguna manera los relatos se vuelven una extensión del final del documental Hype!: “tu ciudad puede ser la siguiente” y así nos lo cuentan. Todo pasa tan rápido como le ocurrió a Nirvana, Pearl Jam, Alice in Chains y Soundgarden, pero aquí vamos en otra dirección, se respira aire libre de franela y grunge, huye del nü-metal y se refugia en una serie de excesos que ponen en pausa bandas en pleno vuelo de éxito.
Mientras en los medios se trató de unificar y etiquetar, Lizzy Goodman trata de separar y crear una época más amplia a través de las referencias y las diferentes oleadas que parten de finales de la década de los 90, nos lleva a empresas emergentes, los atentados en Nueva York, la creación de bandas en habitaciones intercambiando archivos en servicios P2P y el dominio del MP3.
'Meet Me in the Bathroom' huele y suena a 00, aparecen las bandas, periodistas, promotores y ejecutivos de disqueras, quienes nos brindan datos de primera mano e primeras impresiones de una escena que los propios músicos no consideraban como tal, las aspiraciones personales después de que se recuperó el sentido de las palabras “rock star” que tanto rechazó la generación de principios de los 90, la apropiación del choque entre punk y disco, la conciencia de baile y las incontables noches de sudor que fueron recopiladas a través de un nuevo movimiento en el periodismo musical a través de blogs.
Como siempre, el recurso de la historia oral entretiene, te sumerges en detalles que hacen mas interesante la época, incluso para aquellos que consideraban que la cobertura y el furor que mostraban los medios de comunicación en realidad era de posers para posers... con ese juicio en mente, uno claramente puede escuchar ese momento en el que los Strokes se negaban a hacer encore y simplemente decían "take it or leave it", así mismo se siente el libro.
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