Si es tu primer encuentro con Mannequin Pussy, es un acercamiento afortunado, el tercer álbum de este grupo de Filadelfia implicó cambios entre disqueras y una evolución sonora desde la escena del hardcore, de ahí provienen los instantes agresivos y las confesiones incómodas de 'Patience', un disco sobre abuso emocional que requiere encontrar fortaleza a través de moretones al interior.
El punk de sus anteriores álbumes se convierte en la mejor herramienta para liberar en 'Patience' la sensación de furia, frustración y nostalgia, 'Drunk II' nos lleva al odio, 'Cream' nos deposita en la ansiedad que se intensifica en 'FEAR/+/Desire', la guitarra nos engaña creando espacios de romance, sin embargo al poner atención a las letras descubrimos el juego de las apariencias y lo terrible de la situación.
Mannequin Pussy nos mueve y conmueve, no se trata de llevarnos por la congruencia de los sonidos, las canciones nos introducen en la historia, nos van guiando por fases de dolor, enojo y recuperación, las llamadas de la madrugada concluyen e inician nuevos ciclos.
¿Cómo encontrar un balance entre potencia y dulzura? Mannequin Pussy lo hace en 'Patience'. Cada ataque de ansiedad se diluye observando con claridad los patrones tóxicos en nuestras vidas, así se desarrollan las canciones de su debut bajo la línea del punk y el rock, integrando noise, shoegaze, grunge, metal y letras sumamente honestas que no son sobre furia, sino cierta desesperación.
La narradora de estas canciones explora su propio caos, lo que inicia como una serie de pasos entre momentos de olvido, arrepentimiento y pensamientos recurrentes en la madrugada, nos lleva hacia un nuevo principio, entre 'Patience' e 'In Love Again' hay un montón de anécdotas con las que cualquiera que se haya perdido en una relación se identifica.
"And I was standing in the gates of my hell"
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