En un momento en que diversos directores alrededor del mundo intentan capturar las tiendas de discos en lucha o en plena extinción, Pilar Ortega va un poco más atrás con Just Like Heaven, documental que cuenta la historia de Super Sound, la tienda y el epicentro de los sonidos, las formas e incluso las cofradías de conocedores que aún prevalecen en la industria de la música en la actualidad en México.
La directora nos muestra Super Sound a través de una sola fotografía (que se repite dos veces), nunca vemos el ambiente de trabajo o los compradores capturado en instantáneas, mucho menos nos sumergimos en material de archivo, un punto extremadamente débil que logra sostenerse por una razón: el pasado como periodista de Pilar Ortega. Las carencias de Just Like Heaven en el área de las imágenes son cubiertas por las entrevistas.
Las referencias visuales que podrían hacer más dinámico el documental son pocas, sin embargo todos los entrevistados hacen un gran trabajo al llevarnos hasta ese lugar en Polanco en el que de 1981 a 1993 acogió a excéntricos, conocedores y, como dice Uili Damage, los que intentaban “vivir todos los días de la música”.
Es a través de las cabezas parlantes como llegamos a conocer no sólo a Super Sound, también nos trasladamos a los años en que la música no sólo significaba consumo, sino centro de reunión, la comunión entre escuchas durante horas en un sólo sitio, las estrictas tribus de sonidos, la carencia de espacios, la selección del personal por aptitudes y perfil excéntrico, el momento en que comprar en Super Sound era un reto o algo no permitido para ciertos compradores y los años de gloria con un catálogo envidiable.
Como muestra Just Like Heaven, el impacto de la tienda y de muchos de los que trabajaron ahí significó un cambió en los oídos de otros, sobre todo cuando se incorporaron a otras áreas de la industria, con participaciones en la estación de radio Rock 101 a través de varios programas especializados, la creación de grupos, la realización de viajes masivos hacia el extranjero para ver bandas que parecía imposible que pisaran suelo mexicano y la organización de conciertos en el mismo Distrito Federal, como el de Blue Öyster Cult, Peter Murphy / Pixies y Front 242, los primeros cancelados, uno por el gobierno de aquella época y el otro por una estafa de un supuesto promotor, del último se realizó una fecha, la segunda se canceló por quejas de los vecinos del Teatro Angela Peralta.
Nos hubiera gustado ver más imágenes, conocer el lugar, percibirlo en sus brevedades o cambios al exterior en la actualidad, pero en Just Like Heaven la historia de Super Sound es la recreación de un espacio con base en las anécdotas y el distintivo movimiento de dedos que ves en todos los entrevistados, recuerdo del paso de discos de vinilo invisibles en una búsqueda interminable, una en donde a pesar del desconocimiento del espacio, los cortes abruptos de animación es que marcan cada bloque y la infinidad de detalles en muchas (muchas, muchísimas) declaraciones, logras trasladarte hasta una época nostálgica, que acaba precisamente con la llegada de la cadena de tiendas Mixup.
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