Barney Bubbles, revoluciones visuales



El enlace perdido entre el colorido optimismo del underground de los 60 y el mordaz arte que acompañó la explosión del punk, uno de los personajes más influyentes para una generación de talentosos diseñadores como Neville Brody, Malcolm Garrett y Peter Saville.

Como uno de los gigantes del diseño gráfico británico, Barney Bubbles no sólo es recordado por la creación del logo de New Musical Express, también elaboró algunos de los primeros pósters de Rolling Stones, trabajó en múltiples revistas underground en la década de los 60 y se estableció como un reconocido diseñador de portadas en Estados Unidos, donde creó las fundas del colectivo Hawkwind, Elvis Costello, Ian Dury and the Blockheads, Psychedelic Furs, Nick Lowe, Graham Parker, The Damned y Billy Bragg.







La marca distintiva de Barney Bubbles fue el color, lo juguetón, las figuras y formas geométricas, referencias de la historia del arte, bromas y simbolismos. Logró mantener todo eso unido gracias a su apetito por ir en contra de lo establecido, siempre cuestionando la naturaleza de lo correcto. Como resultado, su trabajo tenía una compleja simplicidad.

Se distinguió por incorporar un amplio rango de estilos. Todo parecía ser un pastiche y una introspección, el mismo Barney Bubbles parecía estar sentado en la intersección entre diferentes y, en apariencia incompatibles, revoluciones visuales. Alcanzó a sumergirse en la última cola de la psicodelia y logró montarse con éxito en el punk y new wave para generar algo todavía más extravagante y agresivo.

Uno de los aspectos más interesantes del trabajo de Barney Bubbles es que siempre se rehusó a firmar sus piezas, un anonimato contracultural que afirmó su autonomía y necesidad de fascinar más allá de lo comercial. Y, por supuesto, no existía Barney Bubbles, en el sentido que nació como Colin Fulcher y que decidió desaparecer con él después de cometer suicidio a la edad de 41 años en 1983.

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