¿Cómo saber cuándo decir buenas noches?
Cuéntame historias de otras personas,
tan sólo soy una coleccionista de anécdotas ajenas,
con piernas y pasos que caminan lejos de mi.
Siseo a través de la curva de mi espalda,
explota mientras renueva el carrusel
y el pulso se detiene al recorrer el nervio,
las venas sólo son manchas,
ansiedad como un tapiz de piernas inmóviles.
Descalza atravieso para tener una mejor vista,
tal vez sólo tenga que apuntar en la dirección correcta,
para que todo ocurra,
sólo basta escribir de la gente común,
haciendo cosas comunes.
Se puede caminar por siempre
y nunca alcanzar el sabor de la luz,
siempre turista de las pistas de carreras.
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