Voodoo, suerte y encanto

Cuando los Rolling Stones televisaron una de los conciertos de Voodoo Lounge Tour en 1994 para todo el mundo, querían ofrecer a los espectadores la sensación de estar en el escenario, haciendo que durante 90 minutos nos sintiéramos en el centro del cavernoso estadio Joe Robbie de Miami.

Aún años después al ver el DVD The Rolling Stones: Voodoo Lounge Live se percibe como se corta el sonido, sigue sin entenderse una palabra de lo que dice Mick Jagger y los gritos de los fans son más fuertes que Keith, Ronnie y Charlie tocando, pero permanece intacto el placer de ver primeros primeros planos de una banda que aún despliega energía en la pantalla.


El grupo parecía estar en medio de una explosión visual de serpientes gigantes exhalando fuego, pantallas mostrando dinámicas animaciones, rampas, coristas sugestivas y suficientes cambios de vestuario como para olvidar que en el escenario se encontraban los Stones y que presentaban el primer disco desde la partida del bajista Bill Wyman en 1989, que dejó a la banda sumida en una rebelde depresión.

Sin confesar los verdaderos efectos de la partida, Mick Jagger y Keith Richards se recluyeron en una casa en Barbados, aprendieron a vivir nuevamente con sus desacuerdos, practicaron la diplomacia y se cubrieron con una sombra de dolor que los llevó a buscar el sonido básico de los Stones. El resultado fue una grabación inspirada esencialmente por el blues, R&B y el country que había formado parte de los clásicos de los Stones en sus grabaciones de finales de los 60 y principios de los 70.

Posiblemente por el deseo de reparar el daño y la aparente pérdida de color por la tensión de los años 80, la banda jugó con una variedad de estilos, hasta que, irónicamente, lograron mezclar los tonos de gris que encontraron en el cuerpo de un gato salvaje cerca de la cabaña que rentaron en una plantación de zacate limón.

A través de su biografía Life, Keith Richards hace un largo recorrido por múltiples gatos, desde músicos salvajes hasta compañeros de drogas indomables, pero sólo hace referencia a un animal con tanto cariño como lo hace con Voodoo, el gato que descubrió en medio de una tormenta tropical maullando en un drenaje. Su primer contacto fue una mordida y el intento de hacerle ver que conocía a su especie, pero derivó en el espíritu de Voodoo Lounge.

En palabras del guitarrista: “Me miraba, este enano. Y yo le dije, a la mierda, bien, vamos. Lo puse en el bolsillo y corrí a casa mientras me ahogaba como una rata... Era bastante claro que si no lo cuidábamos, estaría muerto por la mañana... Todo lo que teníamos que hacer era mantenerlo vivo. Todo lo que debíamos hacer era lograr que creciera... Lo llamamos Voodoo porqué estábamos en Barbados y su supervivencia estaba en contra de las probabilidades”.

El azaroso encuentro con el gato fue un reflejo de lo que sucedía con los Rolling Stones en ese momento, se transformó en "Voodoo suerte y encanto”, un amuleto para el ritualista y fetichista Keith Richards para aceptar que llevaba 40 años en una banda y su proyecto a veces era víctima de su propia magnitud. Después, la sensación de la pérdida disminuyó y fue revisada a través de la excentricidad ruidosa de Voodoo Lounge.

Publicado originalmente en la revista Lee Más

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