El año de partida es 1983, el momento en que un movimiento se estaba convirtiendo en una escena, el nacimiento del thrash como una vertiente más agresiva y más rápida del metal en tres áreas de Estados Unidos: Los Angeles, la bahía de San Francisco y Nueva York. El filme básicamente muestra su gestación en los tres frentes principales y concluye una década más tarde con Clash of the Titans, la última gira antes que el thrash, como otros géneros, volviera al underground debido a la sobre exposición del grunge, que se introdujo por la puerta grande y desplazó cualquier sonido dentro de las disqueras, estaciones de radio y publicaciones especializadas.
Esa pasión se transmite desde el inicio del documental, con decenas de puños levantados y la sensación de que el sudor de esos locales trascenderá del mosh pit a la pantalla, estableciendo el nacimiento del género – o al menos el término – de los seguidores de esos grupos, que solían arrasar, golpear y romper todo a su paso. La introducción de Get Thrashed no sólo establece el tono, sino el ritmo, sumergiéndonos en el espíritu de la escena del thrash en los 80, trazando la historia banda por banda en una significativa cronología, iniciando cono los primeros días de Metallica, Megadeth, Slayer y Anthrax, los cuatro grandes del género, tres de ellos influidos por el guitarrista Dave Mustaine, quien intenta ser modesto, pero declara sin dudar que el característico estilo de la guitarra en el thrash surgió entre sus manos.
Lo que logra el director Rick Ernst en Get Thrashed es brindarnos la perspectiva del fanático, que no necesita sobre analizar todo, sino sentirlo y vivirlo a través del uniforme de la rebelión, manifestándose en tres áreas geográficas, sin olvidar su reflejo en Alemania y su extensión a otros países como Brasil o Canadá. Dividiendo la historia en claras categorías que nos permiten conocer a las bandas, la forma de vida de gira dentro del thrash metal, la decadencia del género, el resurgimiento con Pantera, las divisiones entre seguidores e incluso las diferencias entre el metal “nü” (Limp Bizkit, Korn) y el “new” (Lamb of God, Killswitch Engage).
El documental hace un buen trabajo al explicar la relación entre el movimiento y otras escenas que coexistieron junto a bandas de thrash, influyendo al género fuertemente. Get Thrashed es la historia directa de una reacción contra el metal de Sunset Strip y el deseo de música más fuerte, más dura y más rápida, pero el documental evita el estudio de las idiosincrasias del género, pero las muestra a través de la música que incluye, su banda sonora es esencialmente una mezcla de grandes riffs y clásicos del thrash.
Se trata de una historia coherente sobre los inicios subterráneos, de nostálgicos inicios en las tiendas de discos y el intercambio de cintas, la llegada de Metallica y posterior crecimiento del género, su punto más alto con tres de los grandes compartiendo el escenario en una gira al inicio de los 90 y su disminución con la llegada de grunge. Principalmente es la historia oral, una sucesión de declaraciones rápidas que aparentemente fluyen entre sí y poco material de archivo que varía entre presentaciones en vivo, mucho público y vocalistas tragafuegos, pero sobre todo es sobre la permanencia de un género que exige autenticidad y mucha fidelidad tanto a sus ejecutantes como a sus seguidores.
GetThrashed: La historia del Thrash Metal (Documental) from hardcorepunkarg8 on Vimeo.
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