Kraftwerk and The Electronic Revolution

Fuera de dar forma a la revolución generada por el uso del sintetizador, Kraftwerk es uno de los grupos más reverenciados por ser un ejemplo de la creatividad en colisión con la tecnología. Hacer una crónica del origen del grupo a la fama (y el movimiento en general), sin duda no es tarea fácil, pero éste exhaustivo (aunque en ocasiones agotador) documental de tres horas logra una imagen muy vívida.

Antes de su tiempo, Kraftwerk ya estaba a la vanguardia de la experimentación electrónica en los años 60, pero aunque Florian Schneider y Ralf Hütter son los más conocidos representantes de la música electrónica, para llegar a su mezcla orgánica de instrumentos hechos a mano, la tecnología emergente y lo tradicional visto desde una visión popular, es necesario recorrer la floreciente escena alemana de la post guerra.

La historia de Kraftwerk es importante, pero ciertamente no es la más emocionante - no hay cuentos hedonistas de exceso o puñetazos entre los miembros de la banda. Y aunque la película gira alrededor de las figuras de Schneider y Hütter, además de sus múltiples colaboradores, la vida al interior de Kraftwerk nunca es revelada, porque lo más importante en el documental es la música, no lo que había detrás de los hombres robots.

Hasta antes de finales de los 70, la música electrónica era un medio despersonalizado, enfocado más en ideas que en egos y en lo abstracto más que en lo visceral. Aunque detrás de cámaras, un conjunto de egos notoriamente temperamentales impulsan la música, el filme evita personalidades en general y en cambio crea un grandioso mapa y esquema que examina las características socio económicas, la estética, lo académico y las políticas de identidad que permitieron que surgiera un proyecto como Kraftwerk.

Cada fragmento de la escena se analiza, desde la grabación de los métodos en el estudio, las observaciones sobre el impacto de una serie de expertos de la industria, junto con entrevistas a las personas directamente involucradas con el proceso artístico de Kraftwerk (como los ex integrantes Karl Bartos y Klaus Röder). Con tres horas de historias, literalmente, todos los temas imaginables son claramente cubiertos.

Como muestra Kraftwer and The Electronic Revolution, aunque los alemanes inicialmente copiaron a sus ídolos ingleses, que a su vez copiaban a los músicos de blues afroamericanos, eventualmente quisieron algo más cercano a sus experiencias personales. El documental explora el surgimiento del free jazz, los grupos más experimentales, la búsqueda por colocar a la tecnología emergente como una clave de identidad nacional, la construcción de ideas del movimiento musique concrète y la influencia de las composiciones electrónicas de Karlheinz Stockhausen y Pierre Schaeffer, pero sobre todo establece la línea del rock, la improvisación y los primitivos sonidos de sintetizadores que proveyeron de ritmo a bandas como Amon Düül, Tangerine Dream, Ash Ra Tempel y finalmente a Kraftwerk.

Aunque el filme no divulga ninguno de los secretos de la banda, lo que obtienes es un documental excesivamente detallado que toma muy en serio el género y lo que ha producido. En otras palabras, el género no creó a la banda, Krarftwerk diseñó el género, esa es la razón por la que el documental se toma tanto tiempo en reseñar sus creaciones y la evolución de su particular y peculiar música que provocaba nostalgia por el futuro.



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Level 11 por Karina Cabrera se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-No Comercial-No Derivadas 3.0 Unported.
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