Ésta semana, tres discos para rasgar la noche, la soledad y la piel, más un agregado para bailar encaminadas a la primavera.
- Agnes Obel – Myopia (2020)
La melancolía, la belleza y los juegos de voces dirigen su cuarto álbum, construye a partir del espacio negativo del silencio pequeños instantes para asirte en la noche. Aunque no se aleja de la estructura de las canciones que ya conocemos, no significa que se haya quedado en un terreno seguro, se reconoce su sello y al mismo tiempo descubrimos capas de sonidos que van creciendo conforme le damos vueltas al disco.
Arreglos de cuerdas por aquí, un piano por allá, pasajes instrumentales, la voz de Obel en canon o siendo amplificada para crear sus propios coros, sin duda es lo que más ha crecido con los años.
- Cate Le Bon - Here Comes Again (2020)
En el EP reimagina las canciones y las coloca en un nuevo plano de experimentación. Los panoramas de luchas internas van al origen, se trata de la deconstrucción de un álbum con los músicos que escuchaba mientras creaba 'Reward', al final el material sobre aislamiento se convierte en una reunión.
- MexFutura - La última selva [Cuatro] (2020)
El proceso de creación de los 16 tracks divididos en cuatro tomó un año, con sesiones de 8 de la noche a 5 de la mañana, se convirtió en un refugio mucho antes de aparecer como MexFutura, un dueto para "pistear en la cantina", así de azotado es el asunto, pero con beats electrónicos. El proyecto, aunque muy comentado, no ha realizado ninguna presentación, debutarán en el festival Vive Latino.
- The Orielles - Disco volador (2020)
Con canciones juguetonas con un sentido político que nos recuerdan la formula de Stereolab, el Disco Volador cruza por el oído con optimismo, la samba, post-punk, funk, dream pop y acid-house se mezclan para crear un movimiento que claramente recuerda al pasado, pero no como un clavado de nostalgia que solo aspira a la repetición.
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