Psicodélia, DIY y estética furiosa

Fotografía: sxsw.com

En los últimos 15 años los carteles han superado la simple definición de “una pieza de papel que es pegada en una superficie”, también han abandonado su uso como medio propagandístico y se han convertido en la nueva herramienta del arte que rodea el rock. Anteriormente pocas veces se mostraba algo más que los nombres de los grupos que participarían en un concierto o las poses que asesinan fríamente desde una imagen plana, hoy existe una nueva perspectiva alrededor del arte de promover la música, la nueva visión tiene como objetivo crear algo sin tener que relacionarse directamente con la ideología de una banda.

Desde principios de la década de los 90, el cartel es un arte que ha crecido de forma paralela con la escena de la música independiente, enalteciendo los pequeños y los grandes conciertos. Han sobrepasado el nivel creativo de las calles y se han unido a múltiples colecciones de arte del más alto nivel. Las antiguas imágenes que eran diseñadas tan sólo para mostrar información quedaron atrás, fueron elevadas y convertidas en arte que todo entusiasta del rock ha colocado con orgullo en la pared de su habitación.



INDIE + KITSCH
Los artistas creadores de los carteles de la actualidad combinan la expresiva libertad del diseño de los 60 con la actitud “hazlo tú mismo” de la escena punk, así logran crear un material que se ha convertido en un nuevo movimiento gráfico, al menos lo es en el arte que rodea al rock. La nueva visión también es una feroz mezcla de la frescura indie y la estética kitsch, muchos consiguieron así opacar a las propias bandas que promovían.

Entre esos nuevos difusores de mensajes y creadores de fantasías paralelas a las de los grupos destaca Emek, cuyos dibujos son hechos totalmente a mano y son reproducidos en una edición limitada a sólo 300 copias. Cada uno de sus pósters es una visión alternativa, muchas veces ni siquiera se aproxima a la visión del grupo, pero aún así ha logrado establecerse como uno de los creativos más solicitados por los músicos.

“Aprecio la flexibilidad que me otorga el medio, porque las bandas generalmente me dan la libertad y la totalidad del control creativo, siempre y cuando incluya la información del concierto. Puedo sumergirme en las profundidades y recovecos de mi imaginación y ver que sale en la página en blanco. Soy mi propio director creativo, así que puedo experimentar con diferentes conceptos y estilos para hacer algo fresco”, explicó Emek tiempo antes de ser invitado a la primera exhibición de pósters de conciertos en el Salón de la Fama del Rock & Roll.




IDENTIDAD Y CREATIVIDAD
Esa misma visión es perseguida en todo el mundo, para todos es sumamente importante la libertad creativa y de la misma forma respetan la identidad de un grupo, al menos Emek siguió su propia línea pero mantuvo los colores básicos de la imagen de los White Stripes, en México el Dr. Alderete también dio imagen del surf y al Multiforo Alicia, incorporando a sus ilustraciones de comerciales y cómics de hace cuatro décadas los típicos luchadores, sin embargo la mayoría del tiempo sigue sus propios instintos.

Desde los diseñadores establecidos como Frank Kozik -con sus típicas referencias a animales que se sublevan- hasta los novatos como Emek y Serigraphie Populaire –un dueto que imprime todo sus pósters a mano y basa su arte en puntos de fuga y rayones infantiles-, todos son una representación vívida de una época. Honran el libre pensamiento de una generación, la política, la furia y la imaginación de la cultura del rock de la década pasada hasta éstos apocalípticos días.

Sólo tenemos que mirar el remolino de colores y la alucinógena imaginería que sobresalía en los carteles de rock de los 60 para recordar los pensamientos contra la guerra y las protestas para hacer que prevaleciera la paz, o analizar detenidamente las muestra de los 70 para vislumbrar las luces de las pistas de baile. El diseño de los 80 estuvo en un pequeño estado de coma, pero entrados los 90 todo se mezcló y se cargó de la ironía que portaba la generación X. Ésta última horda de diseñadores es el producto de una colisión, lo orgánico contra lo mecánico y agrega algo de humor, comentarios sociales y fantasía. Incluso los más pequeños detalles tienen un mensaje.

La firma Weigelt realizó hace algunos años la subasta “The Poster Connection”, que se llevó a cabo en San Francisco y presentó múltiples curiosidades de las primeras décadas del siglo XX, incluyendo algunos pósters promocionales de diversos conciertos de jazz y blues, por eso no es de extrañar que los mayores coleccionistas de arte de rock se encuentran en San Francisco, lugar donde solían estar los diseñadores que crearon la imagen y los pósters de los 60. La cantidad de coleccionistas ha crecido tanto en los últimos 20 años que se creó la convención Flatstock, que cada año reúne durante varios a artistas, diseñadores y grandes coleccionistas de arte.


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