Como explica el productor británico Mad Professor: “cada objeto tiene su sombra, dub es la sombra de la melodía”. El momento en que el ingeniero de sonido se convirtió en artista a través del dub, una palabra sumamente corta que puede definir la resonancia de una isla a través de su influencia, mostrando que los revolucionarios experimentos que tuvieron lugar en Jamaica se perciben en diferentes géneros musicales 40 años más tarde.
Con Jamaica al fondo de la creación, la isla es testigo en la formación de un estilo que sigue evolucionando al ser filtrado por los seguidores de King Tubby, el innovador ingeniero que después de experimentar con diferentes versiones, ciertas reverberaciones y ecos creó algo diferente, Dub Echoes es la perspectiva de un hombre y su mezcladora convertida en un espectáculo de experimentos sonoros sumamente trascendentes. El documental revive el momento en que el Sound System y pioneros como Keith Hudson, Augustus Pablo, Bunny Lee, U-Roy y Lee Scratch Perry instigaron las peculiares características del dub al quedarse con la batería y el bajo para esculpirlos con efectos de sonido que propiciaron un nuevo ritmo para los sistemas callejeros y las fiestas masivas.
La película se divide en dos partes. La primera sigue la evolución del dub en Jamaica, explorando la cultura del sistema de sonido a través de los testimonios de U Roy, seguido por la inspección de versión y dub guiada por Bunny Lee, Lee Perry y Jammy, entre otros; además de secciones dedicadas a King Tubby y Perry. La segunda parte llega de mano de la evolución del dub, guiándonos hacia la importancia del DJ y su resonancia fuera de la isla, parte de Nueva York y su relación con hip-hop en voz de Roots Manuva y Beat Junkies, continúa con Don Letts y el impacto del dub en el punk y concluye con la evolución de la música electrónica, el drum and bass y el dubstep.
Sin ningún tipo de narración, Dub Echoes se trata de una serie de declaraciones directas de quienes además de hacer música conocen y aprecian la historia del dub, proporcionándonos diversas visiones que hablan de debilidades y fortalezas, dependiendo de quien recuerde. Las entrevistas, también ofrecen una historia concisa y accesible de las raíces del reggae, sin embargo su objetivo es llevarnos hasta al dub, reconfigurando un estilo que pone en primer plano el bajo y la batería para crear versiones fantasmales de los originales.
No es una película de acción y de grandes muestras de sonido, son pocas las imágenes de archivo que se utilizan y no aparecen tracks distintivos, sin embargo Dub Echoes logra mostrar a través del audio de las entrevistas las prácticas de la versión, la reverberación y el eco, con el ejemplo nos hace sentir el estilo que posteriormente impactó al hip hop y la música electrónica, evidenciando a pequeña escala la influencia global de un pequeño grupo de ingenieros y productores jamaiquinos que empiezan a ser reconocidos por su legado, de esa manera el documental logra que el dub sea visto como un conjunto de prácticas creativas y en pleno auge aún años después de que la mayoría de sus creadores fallecieron.
Bajo la dirección de Bruno Natal, Dub Echoes rastrea los orígenes y el impacto desde Kingston a Londres, Nueva York, Washington, Los Ángeles, Río de Janeiro y São Paulo, Brasil, traza una secuencia lógica entre la invención jamaiquina, precursores, seguidores y posibles transformaciones en el futuro.
En la tradición de esos sonidos subterráneos, para la crónica del dub Bruno Natal da un aire urbano a la historia, entrevistando a las personas en situaciones de calle con desconcertante pequeños ejemplos de la música que en realidad se está creando. El placer está en los detalles: Bunny Lee ofrece una visita guiada a sus viejas cintas maestras, U-Roy recuerda las fiestas callejeras de forma vívida y Lee Perry explica por qué tuvo que quemar su antiguo estudio Black Ark en 1979.
Con sus recuerdos las calles de Jamaica se abren en medio de los sistemas de sonido, escuchamos las competencias ocultando títulos de la era del reggae y el dance hall, adentrándonos en los múltiples aspectos de esa ingeniosa mezcla que preparó el terreno para el género electrónico, en concreto el del DJ. El resultado final es una película reflexiva e iluminadora que fácilmente, a pesar de la ausencia del dub en sí, es el documento dub más completo que se haya realizado.
Level 11 por Karina Cabrera se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-No Comercial-No Derivadas 3.0 Unported.
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