Favorita de la programación de medianoche, The Harder They Come prácticamente es una película de culto por el uso intuitivo de Perry Henzell de las raíces más expresivas del reggae a través de canciones que tienen un impacto perfecto desde los estudios de grabación, salas de baile, sistemas de sonido y radios de transistores, sin embargo la verdadera razón para ver The Harder They Come es en primer lugar su unión desde el exterior al género de blaxploitation, siendo una clara expresión y acción rebelde del sujeto atrapado en el gueto. En segundo lugar destaca el estrecho vínculo que existe entre la música de la película y la trama, que deja una huella característica en el oído, una marca sincopada cargada de reggae.
Narrada desde el punto de vista del pueblerino que eventualmente cambia a un chico rudo y un gángster con cierto talento para cantar, The Harder They Come muestra Jamaica fuera de la ley. Prácticamente es un estudio antropológico disfrazado de entretenimiento, con Jimmy Cliff caracterizando una mezcla de héroe folk y criminal glorificado a través de su banda sonora y su búsqueda del reconocimiento en la cultura popular. Abuso, reggae y comercio de marihuana, para Ivanhoe “Ivan” Martin los únicos caminos posibles hacia la riqueza y el poder son la violencia y su versión altamente individualista de lo que debe ser, no importa si significa disfrutar del éxito por un breve momento antes de caer.
Todo un soñador enfrentándose a la realidad, es robado al llegar a Kingston, se ve obligado a trabajar para un tiránico predicador (Basilio Keane) antes de ser explotado por un productor de discos (Bob Charlton), su única posibilidad es obtener algunas pistolas, ganar dinero rápido en el tráfico de marihuana y luchar contra la corrupción, el poder y la opresión que lo han creado. “Yo estaba aquí, pero desaparecí”, dice el graffiti garabateado por Ivanhoe en las calles de Kingston, como si robara sueños de día y los recuperara en la clandestinidad de la noche.
Jimmy Cliff aporta destellos de su propia historia para crear a Ivanhoe, le da al personaje inocencia, carisma y la furia que posteriormente encapsula en la canción The Harder They Come, por la que el protagonista sólo recibe $20 dólares, pero el éxito del personaje viene desde el origen de la historia. Henzel y su co-guionista, Trevor Rhone, se basaron en Ivanhoe "Rhygin" Martin, un fugitivo de la prisión Jamaican Dillinger, quien fue asesinado a tiros por la policía en 1948 y se convirtió en un héroe popular.
Henzel y Rhone toman de la realidad los elementos para encarar a Ivan al desequilibrio y la injusticia social que inesperadamente llegan a unirse en su música. La travesía llega al agotamiento y las carencias económicas en los barrios más pobres de Jamaica, examina a los carroñeros humanos que explotan los restos de una sociedad relegada. De la aspiración al éxito a la humillación, los caminos legítimos al éxito solo ofrecen una participación simbólica en un mundo prácticamente inalcanzable. Ivan hace demasiadas preguntas, las respuestas van llegando al salirse de la ley, incluso la de los criminales.
Con actores no profesionales que dan a The Harder They Come imágenes indelebles y subtextos potentes y, por supuesto, grandes canciones que hablan de acciones radicales no tan heroicas, Ivanhoe se sabe condenado pero prefiere ser “un hombre en una tumba que una marioneta o un esclavo”. Y así como lo expone, tiene éxito.
El director logra crear una historia alrededor melodías de reggae, y no al revés. Las canciones The Harder They Come, Many Rivers to Cross, Johnny Too Bad, Pressure Drop, Sitting in Limbo y You Can Get It If You Really Want son una poderosa constante de la narración, muestran las múltiples caras de Ivanhoe y se integran al filme de diversas formas, catalizan las emociones y ofrecen un contrapunto sonoro al significado de la película, exponen a veces una falsa e irónica conciencia, evolucionan y cambian a medida que avanza la acción, como Ivan, están llenas de inocencia, optimismo y violencia.
Perry Henzel logra combinar las fantasías de blaxploitation con realidades sumamente desarrolladas y en el proceso involucra la música. Sin embargo The Harder They Come es cruda y áspera, mezcla el cinema vérité con imágenes de Kingston con sus cabañas y chabolas y el legado de 300 años de colonización. El director une ambos mundos con las canciones y los diversos graffitis de Ivanhoe, si en uno desaparece en otro afirma “estoy aquí y en todos lados”, una etiqueta que no diluye la identidad cultural por un conjunto único de circunstancias económicas, militares y políticas.
The Harder The Come podría haber sido una típica historia de pobreza a la riqueza a la derrota, pero la urgencia de la narración logró más, clarifica la limitada perspectiva de Ivanhoe en lugar de crear mitos. A través de la ironía narrativa basada en la interacción de canción, historia e imagen, el espectador cobra conciencia de las múltiples facetas del protagonista, su rechazo a las estructuras existentes y su alternativa a la miseria. Es un verdadero glosario sobre los modos de consumo de la cultura popular, pero su importancia radica en el elemento aparentemente secundario de las metáforas culturales centrales de la película: la música.
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