No es precisamente uno de los documentales más creativos, pero ciertamente es uno que a través de los detalles se convierte en un material esencial en la historia de Detroit y su música, agregando al concepto Motown la fuerza creativa detrás de las canciones, en este caso The Funk Brothers, el estudio 14 y los múltiples músicos que fueron parte de su alineación y construyeron a la sombra de la fama de los interpretes el sonido de la disquera que compitió directamente con el rock and roll en la década de los 60, dejando a un lado al propio Berry Gordy y el trío de compositores/productores del sello Brian y Eddie Holland y Lamont Dozier, quienes estuvieron detrás de Standing in the Shadows of Love, éxito de los Four Tops que inspiró el título de este documental.
Dividido en entrevistas, recreaciones y el concierto que reunió a la mayoría de The Funk Brothers en un concierto en el año 2000, Standing in the Shadows of Motown muestra hábilmente de que estaban hechas las canciones en aquellos días, permitiendo remover la sombra y reconocer a The Funk Brothers como la verdadera clave para los cortes que dieron fama a otros. Las conversaciones nos permiten saber que vivían para la música, aunque ocasionalmente se escondían de Berry Gordy en una funeraria local cuando necesitaban un verdadero descanso para después regresar a la improvisación y tratar de evadir las multas y el espionaje al que eran sometidos por el dueño de Motown, quien se esforzaba bastante en mantener bajo su control al característico sonido del sello. Con The Funk Brothers descubrimos la técnica y el estilo de lo que sería algunas de las más famosas canciones de todos los tiempos como My Girl, I Heard it through the Grapevine y Respect.
El productor Allan Slutsky (cuyo libro del mismo nombre inspiró el documental) logra resumir lo que le tomó 15 años recopilar, regalándonos cómicas anécdotas de The Funk Brothers en la giras y en el estudio de grabación. Siguiendo los nombres poco conocidos, el filme sutilmente establece su importancia, no importan los cantantes, compositores o productores, es sobre la música y el interés que provoca la historia de estos músicos de jazz que impulsaron a un pequeño sello discográfico a lo más alto de las listas de popularidad durante los años en que se desarrolló en Detroit (posteriormente se mudó a California), otorgándonos después de la historia cada una de las canciones para iluminarnos con la interpretación en vivo, las secuencias musicales verdaderamente elevan a los Funk Brothers en Standing in the Shadows of Motown.
El director Paul Justman deja que los músicos cuenten su historia y reflejen la amargura que sienten algunos de ellos, no eran reconocidos en aquella época y lo sabían, pero disfrutaban tocar juntos y crear canciones que desafortundamente no contaban con su respectivo crédito. Comparten sus historias dentro de Hitsville, U.S.A. formando el “sonido que la juventud de América” que inmediatamente invitaba a bailar partiendo del espíritu del jazz convertido en pop por los músicos en el estudio.
Standing in the Shadows of Motown explica pacientemente todo lo que necesitamos saber sobre The Funk Brothers de 1959 a 1972 partiendo de una sola frase, los más de 15 músicos fueron “la mayor máquina de éxitos en la historia de la música pop”. Combinando rhythm & blues con el gospel, el sonido característico sonido de Motown establecido por Gordy para Marvin Gaye, Diana Ross and The Supremes, The Temptations, Smokey Robinson y Stevie Wonder surgió dentro de las filas de ésta banda que no solo respaldó a estos actos durante sus presentaciones en vivo, también fue la encargada de crear, registrar más números 1 que los Beach Boys, Rolling Stones, Elvis y los Beatles combinados.
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