Se trata de una versión semi-documental y limpia de la vida en la carretera con John, Paul, George y Ringo, con una trama simple sobre las dificultades con su manager y el abuelo de McCartney, que sirve de enlace para conectar escenas del grupo en el estudio, en concierto y sorteando a sus frenéticas seguidoras. La conexión entre esos puntos es la que permite una locura de un tipo diferente, donde no hay filme se libera un retrato, comedia e interludios sonoros que hacen justicia a los placeres, textuales, visuales y musicales de experimentar la película como una película.
La magia de A Hard Day's Night es precisamente ofrecer poco, no son más que los Beatles de gira evadiendo masas de fanáticas y su ansiedad por quemar tiempo entre presentación-viaje-presentación, pero los momentos de ésta película son los que definieron la imagen de la banda, bromeando con o a expensas de los periodistas, los juegos de palabras que expusieron de alguna forma las características de cada uno de sus integrantes pero con un giro surrealista, revelando la vida de un grupo abrumadoramente popular que únicamente trata de llegar a una presentación a tiempo, si es que los gags, viñetas de carácter y eventuales cortes musicales extra lo permiten.
La cámara se mueve sobre todos esos diferentes pasajes, cortando momentos y creando fragmentos que individualmente resaltaban mucho antes de la era del videoclip, mezclando la música, las frases ingeniosas al estilo del programa The Goon Show, la comedia de situación de los hermanos Marx y las absurdas persecuciones de la era silente los Keystone Cops. Sin embargo no solo es un filme, también es una herramienta promocional, el vehículo de una imagen y soundtrack hacia los fans, con la ficción de apariencia documental permitiendo a los Beatles realizar lo que mejor sabían hacer.
Por supuesto se trata de marketing auto-indulgente, fue una herramienta para capitalizar un momento clave de su desarrollo, un período en el que estaban tratando cambiar su imagen pública y lograr ser considerados artistas serios y no solo creadores de éxitos. Aunque la película tiene todo el potencial para ser un fracaso, ya que los músicos no eran actores y tenían bastantes limitaciones en esa área, el guión de Alun Owen logró exaltar sus propias personalidades. La dirección de Richard Lester y el carisma de los Beatles, logró al final que A Hard Day’s Night fuera un filme sobre música y un legado que perduraría, a pesar que su punto de partida como proyecto solo fue brindar, desde el punto de vista de los integrantes, lo que se siente ser famoso.
A pesar de que aparenta ser bastante superficial la historia, en su núcleo A Hard Day's Night muestra a la banda burlándose de sí misma y del mundo alrededor. Mientras los Beatles de la película parecen sumamente ingeniosos, también pierden el sentido en la tontería con mucha facilidad, en ese nivel el filme resulta una disección de la cultura pop como una moda sin representación, es un sistema para entregar seis nuevas canciones de los Beatles y, gracias a la habilidad de Lester, funciona de forma inolvidable desde la primera escena con una persecución. Nos brinda un supuesto acceso total, pero en una versión controlada de la vida de sus integrantes, donde hacer música, lidiar con seguidores y obtener dinero no tiene ningún sentido.
Level 11 por Karina Cabrera se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-No Comercial-No Derivadas 3.0 Unported.
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