“Una colección de extraños, oportunistas e inadaptados”, así define Creation Records su fundador Alan McGee, elocuencia que a lo largo del documental se distingue con los actos que son mostrados, abarcando una variedad de géneros y anécdotas que inician con la idea de que el sello destacó porque nadie podía entender la mitad del tiempo lo que decía McGee; por lo tanto la música debía suplir la otra mitad de la conversación.
Él es la estrella indiscutible de Upside Down, con McGee se alimenta la idea de las drogas como el alimento en un estilo de vida, que unidas a su capacidad para convencer con sus obsesiones musicales, se concretan en un sello pequeño, casa de grupos tan dispares como Oasis, My Bloody Valentine, The Jesus and Mary Chain, Primal Scream, Super Furry Animals y Teenage Fanclub, son sus integrantes los que cuentan de forma muy personal su encuentro con McGee y su llegada a las oficinas de Creation, que son descritas de muchas formas, pero sobre todo el lugar donde las fiestas interminables se encontraron con el britpop, el noise y el shoegaze. Construyó Creation Records de la nada en la década de los 80 y la mantuvo a lo largo de los 90, y, antes de la liquidación de la empresa, logró convertir al sello en uno de los más influyentes de su país.
El filme es sobre obsesiones, pero al mismo tiempo ambiciones, que eventualmente llevaron a la quiebra a Creation Records, todo dirigido por McGee y los detalles que lo hacían diferente dentro de la industria discográfica, ofreciendo más de una historia que involucra abuso de alcohol y drogas, además de música por supuesto. También es sobre su pasión por la música y su determinación para lograr reunir las bandas que le gustaban (incluso si esas bandas únicamente le gustaban a él) se equiparaba con su necesidad de tener el mismo estilo de vida que sus actos, aunque la mayoría de las veces eso significaba superarlos en el exceso.
La forma en que McGee detalla cada uno de sus recuerdos hace que cada hallazgo, contratación y disco grabado se presenten como un hito en la historia de la música, pero eso se debe también al otro protagonista del documental, Dick Green, la sobria mitad de la disquera que logra asentar el vuelo de McGee sobre la cultura pop y el intento de generar más mitos alrededor de Creation Records con una historia comparable a la de Factory Records, que después de nacer y mantenerse de cierta forma independiente, terminó produciendo el sonido de una generación.
El director Danny O'Connor no permite la intromisión de un narrador, hace que sus protagonistas sean los que dirijan la historia, logra recrear vividamente lo que explican Alan McGee, Dick Green y el vocalista de Primal Scream, Bobby Gillespie, con imágenes de archivo, vídeos musicales, presentaciones en vivo y entrevistas con el personal de Creation Records, saltando de un lado a otro para capturar la excéntrica y ecléctica naturaleza del sello, quienes lo dirigían y los que lo hicieron famoso con su música.
Obviamente, el catálogo de Creation es el que brinda la banda sonora, incluyendo el sencillo de Jesus and Mary Chain que da título a la película y que se convierte en una muestra de que tan desordenada y excitante podía ser la mezcla de sonidos dentro de Creation Records. Upside Down, literalmente al revés.
Labels:
Alan McGee,
Cine,
Level 11,
música,
My Bloody Valentine,
Oasis,
Primal Scream,
Proyecto Hidra,
Super Furry Animals,
Teenage Fanclub,
The Jesus and Mary Chain,
Upside Down: The Creation Records Story
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comments:
Publicar un comentario