No había suficientes empleos, el dinero escaseaba, los cuerpos policiacos eran insuficientes, las escuelas eran deficientes y los servicios sociales no podían atender a toda la población. El verano de 1977 tuvo a un asesino serial, un apagón de 25 horas y una tasa de crímenes 75% más alta que la actual.
En el caótico contexto de asesinatos, crímenes y prostitución surge NY77: The Coolest Year in Hell, un documental que examina desde tiempos mejores la cultura emergente en esa época. Traza los grandes problemas de la ciudad, nos lanza a las pandillas y al peligroso Bronx para llevarnos hasta lo único positivo que sucedía: la música. Al establecer las infernales circunstancias nos sorprendemos con el nacimiento del hip-hop, el surgimiento del arte del graffiti, el establecimiento de la escena punk, el crecimiento del movimiento disco y la revolución sexual.
El director Henry Corra hábilmente coloca todos los datos y anécdotas en un sólo contexto, los une de una manera que acentúa la sensación anárquica de aquellos tiempos y al mismo tiempo proporciona un vistazo a los sórdido tejes y manejes detrás del telón de terciopelo. No es exactamente un documento nostálgico, pero recordamos a los músicos, MCs, DJs, clubes y periodistas, quienes aparecen en el documental para mostrarnos su perspectiva, la forma en que ellos vivieron el año de 1977. Si en 1977, la ciudad de Nueva York parecía caerse a pedazos sobre la suciedad en las calles, el gobierno en bancarrota, un asesino guiado por la voz de un perro y un legendario apagón que desembocó en más asaltos y destrucción, pero fue el caldo de cultivo perfecto para los sitios underground.
Vemos el hip-hop emergiendo en el Sur del Bronx, el punk dominando el lower eastside y la música disco dirigiendo los pasos en Queens y el bajo Manhattan, todo rodeado por las elaboradas decoraciones del graffiti en los vagones del metro, los break-dancers asaltando las calles sobre cartones, la liberación sexual y la industria de la pornografía en plena ebullición.
NY77: The Coolest Year in Hell adopta los movimientos con irreverencia, explora esa combinación de juventud + drogas + hormonas que había en todas las tendencias culturales que explotaron durante ese tumultuoso año.
Aprendes de las paradojas y las peculiaridades de la escena punk con bandas como Talking Heads, Ramones y Blondie liderando el CBGB, su centro de operaciones. Chris Stein de Blondie y Tommy Ramone cuentan sus experiencias, conocemos el nacimiento del CBGB y Hilly Kristal, su dueño y fundador, confiesa ser un cantante de country que irónicamente llama al famoso club punk después de su pasión frustrada, Country Blue Grass Blues.
Paralelamente a esto en el South Bronx se comenzaba a mezclar y manipular música por primera vez. Principalmente el funk comenzaba a tener los primeros tintes de algo que después iba a ser grande, el mismísimo rap (rhythm and poetry). Comprendes que el hip-hop nunca hubiera nacido en el Nueva York de la actualidad, porque surgió en fiestas espontáneas en las calles y parques donde Caz, Wiz y otros conectaban sus gigantescas bocinas a las luminarias para robar la electricidad.
Y por supuesto, ésta la música disco, el glamour, la extravagancia y la exclusividad del Studio 54, los famosos e importantes perdiendo el recato, el sexo en los baños a ritmo de música disco, lo que nos lleva directamente al club Plato's Retreat, el epicentro del movimiento swinger creado por Larry Levinson, donde cientos de personas participaban en orgías masivas de forma totalmente legal.
En el caótico contexto de asesinatos, crímenes y prostitución surge NY77: The Coolest Year in Hell, un documental que examina desde tiempos mejores la cultura emergente en esa época. Traza los grandes problemas de la ciudad, nos lanza a las pandillas y al peligroso Bronx para llevarnos hasta lo único positivo que sucedía: la música. Al establecer las infernales circunstancias nos sorprendemos con el nacimiento del hip-hop, el surgimiento del arte del graffiti, el establecimiento de la escena punk, el crecimiento del movimiento disco y la revolución sexual.
El director Henry Corra hábilmente coloca todos los datos y anécdotas en un sólo contexto, los une de una manera que acentúa la sensación anárquica de aquellos tiempos y al mismo tiempo proporciona un vistazo a los sórdido tejes y manejes detrás del telón de terciopelo. No es exactamente un documento nostálgico, pero recordamos a los músicos, MCs, DJs, clubes y periodistas, quienes aparecen en el documental para mostrarnos su perspectiva, la forma en que ellos vivieron el año de 1977. Si en 1977, la ciudad de Nueva York parecía caerse a pedazos sobre la suciedad en las calles, el gobierno en bancarrota, un asesino guiado por la voz de un perro y un legendario apagón que desembocó en más asaltos y destrucción, pero fue el caldo de cultivo perfecto para los sitios underground.
Vemos el hip-hop emergiendo en el Sur del Bronx, el punk dominando el lower eastside y la música disco dirigiendo los pasos en Queens y el bajo Manhattan, todo rodeado por las elaboradas decoraciones del graffiti en los vagones del metro, los break-dancers asaltando las calles sobre cartones, la liberación sexual y la industria de la pornografía en plena ebullición.
NY77: The Coolest Year in Hell adopta los movimientos con irreverencia, explora esa combinación de juventud + drogas + hormonas que había en todas las tendencias culturales que explotaron durante ese tumultuoso año.
Aprendes de las paradojas y las peculiaridades de la escena punk con bandas como Talking Heads, Ramones y Blondie liderando el CBGB, su centro de operaciones. Chris Stein de Blondie y Tommy Ramone cuentan sus experiencias, conocemos el nacimiento del CBGB y Hilly Kristal, su dueño y fundador, confiesa ser un cantante de country que irónicamente llama al famoso club punk después de su pasión frustrada, Country Blue Grass Blues.
Paralelamente a esto en el South Bronx se comenzaba a mezclar y manipular música por primera vez. Principalmente el funk comenzaba a tener los primeros tintes de algo que después iba a ser grande, el mismísimo rap (rhythm and poetry). Comprendes que el hip-hop nunca hubiera nacido en el Nueva York de la actualidad, porque surgió en fiestas espontáneas en las calles y parques donde Caz, Wiz y otros conectaban sus gigantescas bocinas a las luminarias para robar la electricidad.
Y por supuesto, ésta la música disco, el glamour, la extravagancia y la exclusividad del Studio 54, los famosos e importantes perdiendo el recato, el sexo en los baños a ritmo de música disco, lo que nos lleva directamente al club Plato's Retreat, el epicentro del movimiento swinger creado por Larry Levinson, donde cientos de personas participaban en orgías masivas de forma totalmente legal.
Level 11 por Karina Cabrera se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-No Comercial-No Derivadas 3.0 Unported.
Basada en una obra en www.sonicarsenal.blogspot.com.
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