Probot: 12 dioses del metal y un idiota alternativo


Dave Grohl durante años ha tratado de alejarse de esa etiqueta de icono grunge, con Nirvana sin duda hizo cosas enormes y con Foo Fighters también se ha mantenido como un gran personaje creativo, pero en el fondo aún tiene bullendo en su interior a un adolescente con la cabeza y el corazón aturdidos por el metal.

Desde su grupo Scream, que andaba por la zona del hardcore, intentaba emular algunos aspectos de sus héroes, claro que en ese momento ni se imaginaba ser un personaje famoso, muchos menos acercarse a montones de vocalistas y pedirles que pusieran voz a sus composiciones. La altura a la que se encontraba Grohl le permitía eso y más, pero todavía no estábamos ni cerca de la profundidad de su capacidad en relaciones públicas.

La historia de Probot comienza cuando Foo Fighters grabó un nuevo álbum, Dave Grohl había quedado bastante satisfecho con el material, hasta que inició una gira para promocionarlo. Estaba tocando la canción ‘Learn To Fly’ en montones de lugares, llevando la canción más pop que había escrito hasta un lugar que lo estaba enloqueciendo. Cada vez que empezaba a tocarla pensaba: “¿Qué estoy haciendo? Algunas de mis bandas favoritas en el mundo están completamente dentro de Satán y tocan un millón de millas por hora. Esto es ridículo”.

DESPUÉS DEL RIDÍCULO POP
Antes de que el pensamiento lo siguiera cada vez más, Dave Grohl regresó a su casa y comenzó a grabar algunas cosas tan solo por divertirse, justo como lo hiciera hace casi una década cuando todavía era parte de Nirvana, en ese momento la diversión se centraba en la gestación de Foo Fighters. A diferencia de la idea de 10 años antes, que giraba en torno a ser el líder de la banda y tocar casi todos los instrumentos posibles durante la grabación, en esa ocasión el fin era hacer la música y enviársela a diferentes vocalistas.

“Es bastante fácil cuando tienes un estudio en el sótano. Lo grabas de forma gratuita y puedes llamar a un montón de personas y decirles, ‘Hey, ¿si te doy dinero para entrar al estudio, cantarías en esto?’. Les mandas todo y ellos te lo regresan... Básicamente es tan sólo una excusa para tener el más fregón disco festivo que hayas hecho en tu vida”.

El proyecto inició en el 2001 con siete tracks instrumentales en la línea del metal, creados por Dave y Adam Kasper (ingeniero del disco ‘There Is Nothing Left to Lose’ de Foo Fighters). La otra parte de la inspiración fue el disco ‘Supernatural’ de Santana, en el que el guitarrista reunió a un montón de jóvenes para darle nueva vida a su música y por supuesto una gran montaña de billetes. Afortunadamente Grohl no pensó ni remotamente en seguir la línea de Carlos Santana, desde el principio el metal fue una progresión natural, volviendo indispensable el contar con voces que hayan logrado marcar al género.



ENERGÍA PARA VOLARTE LA CABEZA
Todavía no había ningún tipo de contrato discográfico, Dave Grohl sólo podía ofrecer su música, aunque no estaba muy seguro de sí sus héroes quisiesen trabajar con él. “Me considero como un estúpido, en medio del camino, un idiota del rock alternativo. Pensé que muchas de éstas personas pensarían, 'No, él es un imbécil’ o 'No, él es un idiota’. Pero ellos aceptaron hacerlo”.

Temiendo el rechazo inmediato, Grohl mandó múltiples correos electrónicos, todos ellos iniciaban como si los hubiera escrito un gran fan, relatando su acercamiento con el trabajo del aludido, pasando por los momentos que más lo impactaron y la forma en que lo habían influido. Después de montones de halagos, Dave lanzaba su propuesta y las múltiples razones que sustentaban el proyecto, siendo la principal la posibilidad de hacer mucho ruido y de paso hacer algo nuevo.

Sin pensarlo dos veces, todos los vocalistas enviaron una respuesta afirmativa y pedían escuchar pronto la música sobre la que tendrían que grabar. La urgencia de la petición era una mezcla de curiosidad y duda, todos querían saber si el líder de Foo Fighters tenía entre manos un proyecto pesado o no. Se llevaron una gran sorpresa al recibir el material, la música estaba exactamente dentro de la línea en que todos deseaban estar: ruido extremo, rapidez y energía para hacerte volar la cabeza. El nuevo proyecto alterno de Grohl, especie de álbum solista, álbum tributo, súper grupo, lo que sea... finalmente estaba listo.

METAL EN VARIOS NIVELES
Los rumores se esparcieron inmediatamente, en todo momento se hablaba sobre Probot como un gran proyecto que haría fortalecerse más al metal, pero muchos lo dudaban porque los únicos dos personajes confirmados en el grupo eran Dave Grohl y Matt Sweeney (Chavez, Zwan). Ambos se mantuvieron trabajando, realizando exclusivamente la música del proyecto, que posteriormente incluiría las voces de Cronos (Venom), Max Cavalera (Soulfly, Sepultura), Lemmy (Motörhead), Mike Dean (Corrosion of Conformity), Kurt Brecht (DRI), Lee Dorrian (Cathedral, Napalm Death), Wino (St. Vitus, Obsessed, Spirit Caravan, Place of Skulls), Tom G. Warrior (Celtic Frost /Apollyon Sun), Snake (Voivod), Eric Wagner (Trouble) y King Diamond (Mercyful Fate); una gran alineación dispuesta a interpretar las letras de Dave Grohl y brindarle su fuerza a un proyecto de enormes proporciones como éste.

Probot era una compilación ecléctica de metal. Cada track por sí sólo es una entidad única, siempre potente, siempre agresiva y completamente genial. Naturalmente, Lemmy es la punta de lanza del grupo, metiéndose de lleno en los riffs en ‘Shake Your Blood’. El resto del álbum también es admirable, con Cronos invocando antiguos demonios en ‘Centuries of Sin’; Mike Dean no se queda atrás en el corte ‘Access Babylon’, que fácilmente puedes unirlo con ‘The Emerald Law’ de Wino; Snake agrega algo de techno-metal al álbum con su contribución en el track ‘Dictatosaurus’, mientras que King Diamond le da a Probot un toque operístico a la power ballad ‘Sweet Dreams’.





SABIDURÍA AGRESIVA
Cada canción está hecha para desnucarse al agitar la cabeza, con Dave Grohl pegándole duro a la batería y 12 vocalistas dispuestos a aportar su experiencia al grupo, siendo ésta la gran diferencia entre el proyecto de Santana y Probot, ya que mientras el primero intentaba robarle algo de juventud a sus invitados para llegarle a un público más amplio, el segundo era una especie de lección de metal, con un no tan novato Dave Grohl sacándole conocimientos y tablas a sus invitados. De principio a fin puedes notar ese intercambio de sabiduría, a pesar de que todos los participantes en el proyecto estuvieron lejos en el momento en que realizaron cada track.

Además de ser un gran material de metal, el sonido de Probot está dentro de la línea vintage, en el aspecto que Dave Grohl decidió dejar cada corte como demo, haciendo que las canciones suenen sucias y no tan trabajadas en el estudio. La producción parece ser lo de menos, al menos a mí me queda bastante claro que ese es el objetivo: dejar que el metal suene con estruendo, sin permitir que otros aspectos le quiten brillo a Probot.



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