We Jam Econo: The Story of the Minutemen

Formaron una banda de punk no porque adoraran a Ramones o The Clash sino porque adoraban la idea de crear su propia cultura, bajo sus propios términos. Eran cómicamente ingenuos al principio, tan espontáneos que nunca se les ocurrió que debían afinar sus instrumentos, pero después de averiguar algunas cosas, pronto inventaron un sonido anguloso e insistente lleno de una sorprendente cantidad de movimiento en temas muy breves con títulos provocativos.

The Minutemen tal vez no es el grupo más influyente que surgió del punk americano de los 80, pero ninguna banda se esforzó tanto en señalar que el punk era un sistema de creencias, no sólo un sonido. Mientras algunos intentaban desarrollar más ruido y más repeticiones cortas, ellos eran capaces de capturar todo: George Hurley se refugiaba en el ritmo del jazz, Mike Watt escarbaba en George Clinton y el vocalista D. Boon se sumergía en la poesía beat.


Para celebrar su corta carrera, surge éste filme apasionado y energético, donde se captura la amistad de sus integrantes como manifiesto de una banda y las entrevistas con luminarias punk como Jello Biafra, John Doe, Grant Hart, Flea, Richard Hell y Thurston Moore para capturar el manifiesto del sonido de un género, pero desde el título de la película se sugiere una ética, es el credo del trío, pero también es una historia difícil sobre amistad, la combinación de años de anécdotas y presentaciones de cuando empezaban y les escupían como muestra de respeto frenético.

Los monólogos de Mike Watt son los que conducen el documental, repartiendo sabiduría, haciendo hincapié en el “házlo tu mismo”, porque la distancia entre los ensayos en el garage y las grande arenas es muy pequeña, tal como le ocurrió a ellos. De la casa de la mamá de D. Boom en San Pedro ascendieron al sello SST Records, casa de Black Flag, Hüsker Dü, Meat Puppets y Sonic Youth, pero las razones por las que son adorados aún después de su disolución no son precisamente musicales, apuntan hacia sus intensas creencias que permitieron engrandecer la escena que ayudaron a crear.

Tim Irwin tampoco hace grandes referencias al genio de The Minutemen, de hecho deja campo abierto para no tener que clasificar un sonido que incluso en su época confundía a muchos, no es un documental para colocar al grupo en un contexto o un género en particular, sino en una perspectiva íntima, donde se muestra el respeto que rodeaba a The Minutemen en sus días, revelando el significado de su nombre dentro de la escena punk californiana.

En We Jam Econo no hay voces que cuestionen los logros y talentos de The Minutemen. Irwin tampoco logra iluminar ampliamente el contexto cultural en el que operó el grupo, pero es una de las mejores muestras de la idea de punk, tanto como sonido como un ideal, siempre está presente esa voluntad de experimentar y, más importante, muestra el trabajo obstinado dentro de la expresión individual. “Nuestra banda podría ser tu vida”, era la línea de D. Boon como muestra de las múltiples opciones que existen y We Jam Econo es un tributo al poder de esa idea.



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