“La reseña de música estándar, una vez presentada como un edicto imperioso, ha caído en la redundancia, una novedad gratuita en una era en la que hay cada vez menos consumidores de música real... El valor de la opinión del crítico de rock promedio ha caído en picada ahora que en Google se puede conseguir audio de alta calidad de casi cualquier registro, para poder escuchar y decidir por ti mismo si vale la pena” - Christopher Weingarten
Cuando pienso en reseñas de discos realmente no pienso en todas las que he escrito en la última década, siempre viene a mi cabeza la palabra “incendiario”, pronunciada por William “The Enemy” en Almost Famous al referirse al último disco de Stillwater, un gancho contundente que incluso agrada a la banda y que habla de una época en que escribir se basaba completamente en el acto de escuchar.
El proceso para escribir una reseña en esa época era muy diferente al de ahora. Antes se trataba de contemplar hasta el cansancio una portada y las notas de grabación, el registro sonoro repetido múltiples veces y en algunas ocasiones un boletín de prensa, en su mayoría se trataba del reseñista imaginando, absorbiendo, entendiendo cada letra, con el archivero de anécdotas aprendidas de primera mano abierto hasta llegar a lo incendiario y el punto final. Era un ejercicio de escritura que dejaba aflorar no sólo la percepción de un álbum, sino también la personalidad del escritor, eso permitía que cada reseña fuera única, con un valor que era pagado con la lectura.
Básicamente la forma de escribir sigue siendo la misma, escuchar, contemplar y tener un amplio archivero mental, sin embargo con la llegada de Internet las fuentes de información se ampliaron no sólo para el reseñista, para los lectores de reseñas las opciones se extendieron y llegaron hasta el punto en que ya no necesitas un texto para realizar una compra consciente, porque ahora puedes escuchar el disco casi al mismo tiempo que la persona que antes solía tener todo material en exclusiva y con meses de anticipación mientras se echaba unos tragos con la gente de la disquera.
Como muchas cosas en la industria de la música, hay un intermediario menos. La idea salta más aún ante nosotros con el anunció de Spin de que eliminará por esas razones (y otras más) le reseña corta estándar de la revista y de su sitio web (las largas y que valen seguirán saliendo), el objetivo es “reinventar la reseña del álbum” e iniciar un proyecto que será “una guía exhaustiva y definitiva para el que escucha de prácticamente todos los álbumes o EPs o mixtapes que importan en el 2012”, todo en tan sólo 140 caracteres.
El proyecto no es nuevo, pero es impulsado por Christopher Weingarten, actual editor senior de Spin y que en el 2009 reseñó mil álbumes en su cuenta de Twitter, @1000TimesYes, logrando comprimir en un tweet el nombre del artista, el nombre del disco, una calificación y una frase contundente, un gancho especie de balazo que tenía más la intención de ser un cañonazo "incendiario". Sólo 140 caracteres que ahora el editor ha importado en formato y filosofía a la revista.
“Los días de perder el tiempo de las personas con 1.000 palabras sobre un disco que ni siquiera creo que es bueno se acabaron”, explicó Weingarten en un ensayo publicado por Spin. “Además, hay algo realmente artístico y poético de hacer una revisión breve, sencilla y al grano”.
La idea ronda en la brevedad que muchos apoyamos, la de no gastar palabras y tiempo de los lectores en cosas que ni siquiera nos gustan y concentrarnos en lo que creemos que vale la pena, al menos así es en mi caso, pero para Spin se trata de sacar la mayoría de las reseñas y dejarlas fluir en poco espacio a través de su Twitter @SPINreviews, cambiando la aproximación a un disco que anteriormente era de 60 a 80 palabras (mucho relleno a veces) a ideas rápidas y para gente que sólo quiere obtener la información y decidir por ellos mismos si les gusta la música.
¿Podría este cambio ser el comienzo de una tendencia que llegará a dar forma al futuro de las reseñas de música? En realidad ya lo es, sólo vean su timeline para descubrir cuánta gente ésta reseñando discos, películas, libros y programas de televisión con esos 140 caracteres, eso responde al hecho de que hay un desbordamiento de la música y la información por ahí, este movimiento tiene sentido desde un punto de vista lógico y de redacción.
Tal vez el tweet directo e ingenioso producido por artistas de la síntesis no hará justicia a todo el tiempo dedicado a escribir canciones y al encierro en el estudio de grabación, sin embargo así como los músicos se adaptan a los tiempos, los medios deben ajustarse a la rapidez dentro de la competencia. Por supuesto, los más extremistas (o escritores de reseñas de más de 2 mil palabras) ya anuncian que el movimiento audaz de Spin es una de las señales de la muerte de la crítica musical o la llegada de su versión más delgada.
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