Por... diferencias artísticas

“Diferencias artísticas”… esa frase la he escuchado mucho en los últimos años en voz de mi hermana, que después de montones de ensayos y algunas presentaciones ha entrado, salido, involucrado y abandonado bandas durante 10 años. Al lado de su amigo baterista ha participado en varios proyectos entre Coapa y Satélite, que han ido de lo rockero a lo oscuro y el clásico cover demasiado maquillado, sin embargo hace unas semanas descubrieron el hilo negro, ese que se ha desenredado otras veces en mentes difíciles de adaptar a la dinámica de grupo.

Hace una semana no sólo me mostró el bajo, la guitarra, el teclado y la batería medio acomodada en un rincón de la que fuera mi habitación (uy, ahora si no hay rastro de que yo viví ahí), también me explicó sus planes para formar un dueto y me ofreció el trabajo de nanager. Aunque pudiera pensarse que este post es para promover la banda de mi hermana, nononono, es sobre el punto del baterista, de la desconfianza para iniciar un dúo dinámico, sobre ese hilo que se descubre como la ausencia de otros y la (im)posibilidad de llenar el espacio con sólo dos personajes.

Para probar que es posible hacer un increíble escándalo con sólo dos músicos, inmediatamente salió el iPod (bueno, bueno, el iPod del sospechosos habitual) y le mostramos, explicamos y desvariamos en los montones de duetos que nos gustan, lo cual saltó hacia una promesa de un acoplado de ruido de dupla y que, en vista de que lo estoy haciendo en este momento, se convirtió en este post con soundtrack abreviado.

Dejando a un lado las duplas electrónicas (Daft Punk, Air, Justice, Chemical Brothers, Groove Armada, etcétera), que parecen entender perfectamente la fórmula del 1+1= a menos posibilidades de diferencias artísticas, aquí están mis favoritos de los últimos 15 años (agréguele usted los que faltan):

Dresden Dolls: La maravilla del cabaret punk, llevan lo dramático al extremo. Mucho sentimiento para sólo una voz, un piano y una batería.

The Black Keys: Ya que les digo… más sucio, más vintage no se puede ser, sólo les falta desarmar más esa voz, esa batería y la guitarra para sonar todavía más escabrosos.

The Kills: Una guitarra, algunas secuencias y dos voces interactuando, esencia blues chocando con un poco de punk… yo empecé con Fuck The People, en cuanto se me metió la canción dije “¿y porque no?”

Kiiiiiii: Dos japonesas clavadas en el arte, pero que de alguna manera encontraron la forma de hacer música con juguetes o instrumentos cercanos al pianosaurio, infinitamente divertido.

Fiery Furnaces: Algunas veces garage, otras blues, otras pop; a veces reclutan músicos para llenar algunos espacios, pero básicamente son dos hermanos a los que les gustan las canciones de texturas épicas.

Stereo Total: Mucho pop sintetizado multilingüe, fresco, divertido, lleno de letras de carácter sexual chistoso.

The Postal Service: ¿Qué decir? Infinitamente bello

Ratatat: Una guitarra y un sintetizador, fragmentos de voces ¿para qué necesitas algo más?

The Presets: Dance punk… yo no puedo evitar bailar con ellos.

The White Stripes: Razones obvias, que desafortunadamente no se prolongan a su último disco.

To My Boy: Electropop a dos pasos, geeks obsesionados con el futuro y la tecnología.

MGMT: Psicodélia pop, viajes sobre como vivir rápido e intensamente y morir jóvenes

zZz: Holandeses con una vena bailable, un órgano y una batería hacen maravillas en esta onomatopeya del sueño.

Death from above 1979: Mucho ruido, mucha actitud, metal comprimido en punk, me sigue encantando las bromas de los títulos de sus discos “tu eres una mujer, yo una máquina” y el “romance sangriento romance”.

Descarga el dúo dinámico abreviado.

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