El nunca perdido arte de portada: evolución y regreso, animación y nostalgia


Hace algunos años dos legendarios diseñadores de fundas de discos, Peter Saville (Factory Records) y Sir Peter Blake (The Beatles, entre otros) declararon que el arte del álbum había muerto, cuando el mp3 mostró una increíble portabilidad pero con la carencia de los elementos que nos hacían soñar escuchando música, comprendimos totalmente su declaración. 

La forma en que la música articulaba imágenes de forma tan íntima se había reducido dramáticamente, en menos de 15 años pasamos del gran formato de 31 centímetros por lado a un lienzo del tamaño de una servilleta a una imagen mínima del tamaño de un timbre postal, pero ahí vamos de regreso y con diversos giros.

Ahora que nos encontramos entre la convergencia del LP y el mp3, la identidad de cualquier banda y su lazo sentimental y profesional nos hace buscar la definición del arte pop. Mientras la nostalgia del vinilo atrapa a algunos, otros buscan desarrollar un arte que sea relevante en el mundo digital, Arcade Fire y el equipo de diseño de AATOAA sabían colocaron todo en un sólo JPG, 'The Suburbs' era una combinación de todas las eras para lograr una conexión certera entre banda-música-audiencia, querían encontrar la forma de acercarnos a la experiencia de hace más de 20 años, lograr algo similar pero con las limitaciones actuales del formato.

Anclados en la era del CD que algunos ya no usan tanto, los experimentos con arte sincronizado de Arcade Fire, muchos estudios de diseño han decidido crear grandes objetos de colección, que obligan a los seguidores de un grupo a comprar algo más que un disco. Si las ediciones normales ofrecen una gran portada y música excelente, la edición limitada es la que presenta el mayor atractivo (y el reto de buscar el mejor lugar para colocarla en la casa).

Y ahí es donde entra totem, el objeto que solía servir como emblema de una familia o un clan o un símbolo reverenciado, y Matthew Dear, que para su tercera producción discográfica quería algo excepcional, que retara y recompensara a la misma música. Buscaba algo más que una edición limitada, quería ofrecer una propuesta para reconsiderar nuestra relación con la música en la era digital.

El objeto nombrado The MDBC Totem fue creado por el sello Ghostly International y los diseñadores de producto Constantin y Laurene Boym de Boym Partners, quienes se especializan en objetos pequeños pero con una gran resonancia cultural. Es tanto una escultura como una representación visual de los temas explorados en el disco 'Black City' de Matthew Dear, pero también es un vehículo de la misma música.




Después de pensar el arte que se encoje, el que se anima, el que crece y el que desaparece, nos encontramos con el diseñador Robert Beatty, que creó la portada de 'Currents' de Tame Impala, un claro regreso a los grandes años del vinilo en aerógrafo y la estética de ojo casi mágico que corresponde claramente al sonido de sintetizadores, capas de detalles y el ritmo setentero creado por Kevin Parker.

Parker tenía un claro concepto en mente, pero fue una libre interpretación de esas ideas por parte del diseñador, un vórtex que fluye turbulentamente en una especie de líquido psicodélico, pero sin verse retro, eso se debe a que no fue realizado con los elementos de la vieja época, fue creado con Adobe Illustrator y Photoshop, pero inspirado por las creaciones del italiano Franco Grignani para los libros de ciencia ficción de Penguin en los 70 y los collages fotográficos de la época.

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