La madrugada del 9 de noviembre salieron al campus de Yale múltiples estudiantes a gritar de forma primitiva mientras quemaban parafernalia de una campaña electoral que no solo cansó a los estadounideenses, nos dejó estupefactos al resto del mundo.
Ese mismo día, algún político también uso el término Primal Scream para referirse al candidato republicano y a la selección final de los votantes; esa noche mientras bailábamos con 'Swastika Eyes' y nos dejábamos llevar por el gospel de 'Come Together', el dueño de ese alarido como grupo repetía una consigna que se escuchaba al mismo tiempo en protestas de diversas ciudades de la Unión Americana: “Fuck Trump!”
Como en muchos conciertos que se realizaron esa noche en el mundo, además de los antecedentes desde el 2015, la estupefacción fue acompañda por alguna dedicatoria al presidente electo más allá del tuit, en este caso Bobby Gillespie no olvidó que en algún momento de la campaña por la presidencia aparecieron graffitis racistas y en favor de Donald Trump utilizando el símbolo que marcó el miedo en la Segunda Guerra Mundial. La canción escrita en 1999, que es parte habitual del set en vivo de Primal Scream, anuncia un estado militarizado bajo la ilusión de la democracia.
Sin embargo lo que podría haber sido un concierto sumamente politizado, en realidad brindó ese remanso a la cruda y ruido electoral, como repitió en diversas ocasiones el vocalista, estábamos en el Plaza Condesa buscando diversión, era la noche para decir “we wanna get loaded and have a good time. We wanna have a party (Yeah!)”. Por el estado general de incredulidad, el público mexicano obtuvo un extra de Primal Scream, 'I'm Losing More Than I'll Ever Had', la canción que se convirtió posteriormente en 'Loaded', que habla sobre el reconocimiento de la mentira y la traición, una caricia donde se mezcla la euforia, la esperanza y cierta depresión dirigida por Gillespie.
Con un set inclinado a los éxitos, con pocas variaciones de lo que presentaron en las otras tres ocasiones que el grupo visitó México, el Primal Scream de la noche del 9 de noviembre nos mostró una base que no satisface a algunos, nos falta algo en el sonido, tal vez no terminamos de adaptarnos a los constantes cambios de integrantes, pero no podemos decepcionarnos de la cadencia delicada de Bobby Gillespie, sus movimientos suaves, la figura en traje rojo que parece siempre estar conectada con otro plano mientras canta.
Mucho 'Screamadelica', un poco de 'XTRMNTR', 'Give Out But Don't Give Up' y 'Riot City Blues', además de algunos detalles de su nuevo disco 'Chaosmosis', Primal Scream sabe muy bien cuales fueron sus discos más fuertes, no dejó fuera ninguna canción que nos lo recordara. En un concierto de no más de 2 horas, el grupo nos llevó del inspirador blues de '(I'm Gonna) Cry Myself Blind', al instante de euforia de brincos del público con 'Country Girl', pero la mayor parte del tiempo nos mantuvieron en movimiento.
El viaje de los 90 partió con 'Movin' On Up', canción a canción fue unificando al público, con un Bobby Gillespie que continuamente levantaba los brazos para recibir una respuesta de espejo, sobre todo en aquellos instantes en que el gospel nos mantenía coreando “my light shines on” y “Come together as one”, es fácil unirse al olvido al estilo Curtis Mayfield, solo basta dejarse llevar por el sonido de laas maracas y los ojos continuamente cerrados de Bobby Gillespie.
Primal Scream en el Plaza Condesa / 9 de noviembre de 2016
Movin' On Up
Where the Light Gets In
Jailbird
Accelerator
(Feeling Like a) Demon Again
Shoot Speed/Kill Light
Higher Than the Sun
Trippin’ on Your Love
100% or Nothing
Swastika Eyes
Loaded
Country Girl
Rocks
Encore:
I'm Losing More Than I'll Ever Have
Kill All Hippies
Come Together
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