El diseño y el arte de portada eran fundamentales, todo era sobre el sentir y una abstracción que reflejaba el sentir de la música por si mismo. En el caso de 4AD no es posible separar el diseño del sonido, el sello creaba en todos los sentidos una atmósfera alrededor de la belleza, era arte por el mismo arte.
Las portadas dieron a 4AD la más clara identidad para crear su propio movimiento, aquel del que se burló unos años después la banda de punk Half Man Half Biscuit en su sátira 4Ad3dcd. El culto a un sello en realidad es más complejo que el “do it yourself”, para el despacho de diseño 23 Envelope se trataba de crear una conexión entre la música y lo visual, sin estrechar la interpretación, pero permitiendo que la imaginación trabajara.
El fundador del sello, Ivo Watts-Russell sabía que el diseño y el embalaje eran parte de la identidad de 4AD, un lenguaje visual que dio 4AD una dimensión extra de distinción. También pudo ver que muchos de los artistas de 4AD estaban produciendo imágenes de calidad inferior cuando se les dejaba a su suerte. El diseño unificaba al sello, el espíritu que buscaba Ivo para esa familia disfuncional que parecía tener muchos matices, aunque de un mismo espectro de sonidos.
Las imágenes de 4AD tenían un nuevo contexto, no parecía un punto de vista o la validación de una visión en particular, solo se trataba de Vaughan Oliver tomando inspiración de las películas de David Lynch y Andrei Tarkovsky, sueños febriles de reliquias, memorias y recuerdos, cosas que evocaban otras cosas (anguilas, frutas, peces, testículos), fotografías que inspiraban a través de camas solitarias, torsos desnudos y espaldas velludas, tocaban el interior de las personas con solo observar.
“Hay algo del arte que confirma su estética o pensamiento o visión del mundo, y un poco de arte que te lleva algún lugar totalmente nuevo”, explica Oliver en el libro Facing The Other Way: The Story of 4AD de Martin Aston. La búsqueda de la novedad para la pupila fue la constante en 23 Envelope y posteriormente en v23, ambos despachos de diseño lograron desarrollar conceptos que describían la música ante nuestros ojos, el arte podía dar "consuelo y sentido", no implicaba el intelecto, pero evocaba una respuesta emocional para que el cerebro fuera cuestionando constantemente.
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