Al pensar en estudios de grabación, generalmente vienen a la mente ubicaciones entre Los Angeles, Nueva York y Londres, sin embargo su aspecto urbano y entorno en el que es probable perder la concentración generó la necesidad de mudar las ideas y sonidos hacia el sur de Estados Unidos, al margen del río Tennessee, a un lugar un lugar de poder mitológico del que “las canciones salen del barro”, como explica el cantante Bono.
Muscle Shoals, Alabama, una pequeña comunidad con un paisaje verde, con campos de girasoles y un pantanoso aislamiento capaz de producir una gran cantidad de música que cambió el mundo. A través de FAME Studios, The Swampers y el productor Rick Hall las canciones se convirtieron en éxitos con un sonido funky para interpretes de color con el respaldo de un grupo de músicos blancos formado por David Hood (bajo), Barry Beckett (teclados), Roger Hawkins (batería), y Jimmy Johnson (guitarra), quienes crearon un distintivo y solido estilo debido a su incapacidad para “tocar suave”.
El documental parte de una sola pregunta: ¿De dónde viene la música excepcional?, da un giro a la típica historia de álbumes completados y canciones que inmortalizan a grupos y productores, Muscle Shoals nos lleva a otro momento de la experiencia. Al principio, al momento y el espacio en el que se desarrolla el apreciado producto final, el lugar donde los genios creativos se encuentran, en este caso se trata de una pequeña comunidad rural cuyos estudios dieron horas de sol y lluvia a Percy Sledge, Jimmy Cliff, Paul Anka, Tom Jones y Etta James, inspiraron la exigencia de respecto a Aretha Franklin, otorgaron el ambiente adecuado para que Rolling Stones creara Brown Sugar y donde los rockeros sureños Lynyrd Skynyrd forjaron su nombre. El filme conecta los puntos entre locación, música y éxito.
El director Greg Camalier muestra como una ciudad de Alabama con alrededor de ocho mil habitantes se convirtió en un profundo atractivo musical, adecuado para crear blues, soul y reggae por igual. Al estar lejos del caos de una gran ciudad y ser capaz de experimentar una forma de vida más lenta, en un momento en que la segregación todavía reinaba en Alabama, por lo que músicos y artistas no eran bien observados por la gente del pueblo, dentro del estudio Muscle Shoals era un territorio “daltónico”, donde la aceptación y la igualdad permitieron desarrollar el talento y crear música que fue considerada vanguardista en su momento.
La magia de Muscle Shoals fue descubierta por Rick Hall cuando abrió FAME (Florence Alabama Music Enterprises) Studios en la década de los 50 y formó una banda con músicos locales (que después fueron conocidos como The Swampers y que más tarde fueran inmortalizados por Lynyrd Skynyrd en la canción Sweet Home Alabama). Tras producir el éxito You Better Move On de Arthur Alexander, el estudio obtuvo un sonido distintivo, pero de múltiples posibilidades gracias a la banda de la casa, que fácilmente podía transformarse y adaptarse a cualquier voz que apareciera por la cabina de grabación.
A través del documental personajes como Aretha Franklin, Steve Winwood y Gregg Allman relatan la única combinación de circunstancias y personalidades que permitieron que Muscle Shoals se convirtiera en el lugar idóneo para grabar bajo la dirección de Rick Hall, un perfeccionista del sonido que en el documental no solo habla de tragedias personales, también cuenta historias de traición, tensiones raciales que desaparecieron en favor de la música y lograron que las canciones tuvieran la resonancia de una época en la que la palabra soul realmente significaba algo.
Rick Hall creció en la zona rural de Alabama, pero a pesar de sus raíces simples, siempre quiso ser alguien o lograr algo de gran importancia. Muscle Shoals es la historia de como alcanzó su objetivo por medio de FAME Studios, donde de paso creó el profundo sonido sureño que moldeó la industria de la música en los años 60 y 70. Aunque eventualmente The Swampers se separó de FAME y los músicos establecieron el estudio Muscle Shoals Sound, dejando claro con eso de dónde venía el éxito de las producciones de Rick Hall, la magia y la música continuaron en ambos lugares. El catálogo de ambos es impresionante más allá de la inescrutable acústica y el relajado sentimiento en la atmósfera.
La historia podría ser bastante convencional de no ser por el soundtrack que prueba lo contrario, Greg Camalier logra que la música sea la protagonista, nos hace pensar que realmente hay algo diferente en el agua del “río que canta”, como llamaban los nativos de la zona al río Tennessee. Simplemente no puedes negar la magia de tracks como Free Bird, Steal Away y Respect, canciones que revelan la importancia que tiene esa pequeña ciudad de Alabama para la música estadounidense.
El filme apunta en muchas ocasiones hacia los posibles ingredientes del éxito de Muscle Shoals, como el ambiente de interpretes blancos y negros en igualdad y con gran talento para recrear diversos estilos, inmersos ambos grupos en la época de la lucha por los derechos civiles y el naciente ambiente hippie, además del constante apoyo de Jerry Wexler de Atlantic Records, otro hombre blanco con un sentimiento muy soul por la música que al final apoyó la separación de The Swampers de FAME Studios.
Para aumentar la idea del agua, Greg Camalier nos lleva de las declaraciones a evocadores paisajes donde nos insinúa que la música fluye de la naturaleza y no de las corrientes mezcladas de la cultura blanca y negra. Si quedan dudas al respecto, escuchamos de Mick Jagger, Keith Richards, Wilson Pickett y muchos otros lo que significó beber de uno de los manantiales del rhythm and blues, donde surgieron por igual canciones como Land of a Thousand Dances y Sweet Home Alabama.
A pesar de las múltiples estrellas con recuerdos de Muscle Shoals, el director encuentra sus mejores anécdotas en la voz de Rick Hall, que tras contar su propia historia llena de tragedias (su hermano, padre y esposa fallecieron de formas terribles, su madre lo abandonó y se convirtió en prostituta) nos hace concentrarnos en la música y su origen, a partir de ahí el filme nos lleva hacia los músicos que ayudaron a construir el sonido de la ciudad.
Alejado de una narrativa linear y profunda, pero con múltiples contemplaciones espirituales sobre el significado de la creación, el documental se convierte en una postal que a través del campo tiende a suavizar los bordes ásperos que distinguen la música más memorable Muscle Shoals. Como dice Jimmy Cliff: "En diferentes puntos de tiempo en este planeta, hay ciertos lugares donde hay un campo de energía. En este momento determinado por un número de años estuvo Muscle Shoals”.
Level 11 por Karina Cabrera se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-No Comercial-No Derivadas 3.0 Unported.
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