Como pionero del synthpop, Gary Numan tiene claros los principios del placer en su música, los mantiene en su vigésimo álbum “Splinter (Songs From a Broken Mind)”, pero ésta vez gran parte de lo que construye sucede alrededor de lo análogo y los coros adictivos, tejidos alrededor de bajos y guitarras furiosas que nos recuerdan su origen en la banda punk Tubeway Army, con la que ya experimentaba con un pesado maquillaje para ocultar la timidez que 34 años después permanece como una astilla en una mente rota.
De ahí provienen las 12 canciones incluidas en el álbum, surgen de su retiro prematuro de 1981 y los siguientes años tratando de igualar aquel exceso de fama que lo abrumó y ahora lo tiene ligado a la palabra “leyenda”. Es inevitable hablar de él sin atarlo a su época, pero en su segunda carrera su extraña voz y la carga de música industrial parecen funcionar nuevamente, se convierten en sus mejores atributos, en detalles singulares y la fuerza que hay detrás de cada canción.
"Splinter" es un trabajo que busca mostrar las fortalezas del músico y el vocalista, pero es sobre las debilidades del humano. Es un afortunado regreso con un desafortunado fondo: en su mayoría fue inspirado por la pérdida de un hijo no nato y la muerte de su perro. Por esa razón tenemos una dosis más concentrada de la esencia de Gary Numan, sus letras se mueven al confesionario, con observaciones agudas en I Am Dust, Here In The Black, Lost y Splinter, pero se vuelven verdaderas muestras de dolor en cortes como My Last Day, We’re The Unforgiven y Love Hurts Bleed.
Son 55 minutos (algo poco común en un álbum de Numan) llenos de ideas sobre depresión, un giro impresionante lleno de verdades sobre una mente rompiéndose, pero que tuvo el tiempo de ponerse a escribir nuevas canciones para llevarnos a su interior y lograr que Gary Numan regrese a ese punto del que quiso escapar en 1981. Una larga espera para regresar a su punto más alto, sin embargo parece el momento adecuado, sobre todo cuando sus seguidores más obvios parecen haber perdido el fuego en las entrañas (por ejemplo Nine Inch Nails). “Splinter: Songs From a Broken Mind” nos devuelve a la furia de la música electrónica, afortunadamente no llega a través del filtro de los años, sino a través de la fuente original.
Publicado originalmente en Filter México
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