En la Feria Internacional de la Música 2012 (FIM) se abrió una mesa de periodistas especializados en música, donde dejaron en claro que sin importar si trabajas para medios impresos o electrónicos, el profesional debe investigar y mantener una actitud crítica, un tema que surge no sólo porqué me dedico diariamente a ello, parece no agostarse en los lugares donde trabajo, más cuando te encuentras en el marco de Vive Latino 2013 el comentario: "Jefes de redacción y editores en jefe, díganle algo a sus reporteros que inventan notas. Eso déjenselo a los blogs".
El comentario surgió después de las notas del portazo en el festival el domingo 17 de marzo, con varios sitios lanzando la nota primero sin el respaldo de dos comunicados. El tuit en cuestión no es nada anormal, lo he escuchado desde el 2000 (cuando empecé a trabajar para medios electrónicos), pero viene del mismo sitio donde alguna vez tuve la siguiente conversación, un lugar que en la actualidad exige profesionales, pero al mismo tiempo premia la agricultura de contenidos.
- En tal o cual lugar lo publican primero
- ¡pero con qué calidad!
-No importa, nos interesa que lo saquen primero
Sin unirme a la vieja guardia y decir "antes se hacía mejor", porque todavía considero que existen grandes posibilidades y maravillas para escribir con cada nueva herramienta que aparece, les dejo un texto que apareció en la Gaceta de la UDG donde Edgar Corona reúne algunos aspectos interesantes de esa ponencia para reflexionar en una era en que se usa de forma despectiva (en pleno 2013) las palabras bloguero o tuitero para definir a alguien que no escribe de forma profesional, hay razones para creerlo de forma certera, pero a toda regla hay muchas excepciones que no siguen la línea de los boletos y los discos gratis.
La música puede convertirse en una obsesión, en una compañera fiel que demanda especial cuidado. Ernesto Lechner, periodista argentino radicado en Los Ángeles, California, sabe bien que para lograr penetrar en la música y hacer una deconstrucción de todas sus partes, es necesario tener como base una experiencia directa. Lechner recordó sus primeros encuentros con la música: “Gastaba todo mi dinero en discos. Hacia listas de cientos de grabaciones que deseaba tener, pero, esto era imposible, así que elegía sólo cinco o diez discos que eran totalmente imprescindibles”.
Ernesto Lechner es colaborador del diario Los Ángeles Times y las revistas Rolling Stone y Billboard, entre otras publicaciones, además es autor del libro Rock en español: The latin alternative rock explosion.
Lechner dijo: “Desde los años de escuela escribía sobre música para entenderla, pero, también, para poder explicarla y compartirla”. El especialista señala uno de los puntos que quizás generan la principal motivación del periodista musical: “Lo más lindo es cuando descubres un disco maravilloso y sales corriendo de la casa para decirle a un amigo: tienes que escuchar este material, es sensacional”. Ernesto Lechner fue puntual, mencionó que escribir sobre música puede crear un puente con otras personas, que quizás no estén de acuerdo con el periodista, pero, aún así, este ejercicio consigue provocar un diálogo entre ambas partes.
Eduardo Guillot, periodista español, colaborador de las revistas Rockdelux y el diario en línea Efe eme, habló sobre el uso de las tecnologías digitales y la proliferación del periodismo musical hecho por aficionados: “En España se producen páginas web escritas con faltas de ortografía”. Agregó: “Creo que es importante establecer patrones mínimos de calidad para saber explicar con palabras lo que se quiere decir”. De esta forma uno de los fenómenos que ha desatado Internet es la creación de sitios web que sólo efectúan reproducción de contenidos, espacios virtuales que sólo buscan obtener beneficio de los organizadores dedicados a la producción de conciertos.
Eduardo Guillot señaló un problema que crece día a día: “Hay muchísima gente que abre un blog solamente para entrar gratis a los festivales de música”. Apuntó: “Estoy de acuerdo en la pasión, en la inquietud de transmitir sensaciones, pero esto no representa un trabajo profesional. En esta práctica están ausentes todos los géneros periodísticos y sólo ocurre un copy-paste”. El especialista concluyó: “Eso para mí no es periodismo. El periodismo musical es información, pero también es opinión. Debemos dejar en claro que siempre debe estar presente el rigor y el enfoque profesional”.
El periodista mexicano David Cortés, colaborador en revistas especializadas y autor de los libros Los pasos de la vanguardia y La vida en La Barranca, dijo sobre su experiencia en los terrenos del periodismo musical y, aclaró: “No me interesa toda la música, sólo el rock y el jazz. Las otras músicas las respeto, pero no tienen cabida dentro de mi dieta”. Cortés señaló: “En México no existen revistas longevas dedicadas al rock, no existe una tradición en el periodismo musical”.Cortés es autor de los textos que aparecen en el libro dedicado al festival Vive Latino, desde esa, y otras visiones, comentó: “Hacemos periodismo musical incluso contra la memoria del propio país, porque debemos reconocer que México es un país desmemoriado”.
La reflexión de Ernesto Lechner redondea el estado actual del periodismo musical: “La industria (de la música) está en caos, entró en la desesperación y la amargura, lo cual a mí me parece fantástico de muchas maneras, porque nosotros, los que escribimos sobre música, también estamos en un estado de caos, principalmente pensando en cómo vamos a vivir de nuestro trabajo”.
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