Don't Think no te lleva al centro de la audiencia, sino te coloca sobre ella a menudo con cierta alteración visual, un truco útil para lograr la sensación de encontrarte inmerso en la multitud a través de múltiples bocas abiertas, brazos danzando en el aire y sombras mientras desfila ante nuestros ojos una mezcla de robots de cuerda, siluetas revoloteando rítmicamente en lacerante neón, teteras que explotan y payasos dementes que te aconsejan “elevarte”.
Las imágenes fluyen con asombro, insertándonos en el concierto desde diferentes perspectivas, en esos momentos Don't Think transciende el formato de documental de concierto y se convierte en un retrato de The Chemical Brothers en uno de sus mejores momentos, permitiendo que la música y su impacto alucinógeno impacten más que cualquier declaración, por eso ninguna entrevista rompe el ritmo del espectáculo.
Con una serie de saltos entre el escenario, el público y los efectos que rodean al dueto, Don't Think no permite parpadeos, es puro rendimiento en vivo, completamente alejado del dueto, pero al mismo tiempo dentro de su energía y tan claro sobre lo que desea transmitir al público. De esa manera Don't Think logra superar uno de los grandes desafíos que se enfrentan al hacer una película de un gran concierto, te hace sentir como un participante en el evento y se conecta con la banda como si tuvieras mejores asientos que los de primera fila.
Las 20 cámaras dirigidas por Smith capturan todas las escenas posibles, las siluetas se disuelven y se convierten en exploraciones de las personas y proyecciones en el bosque, la multitud caminando de un lado a otro y los puestos de alimentos que rodean al festival, ahí es cuando el espectador refleja la respuesta de la audiencia filmada, mostrando la habilidad de Smith para conectar los múltiples espacios capturados durante ese concierto a través de la edición.
Con Don't Think, The Chemical Brothers logra debilitar la barrera que existe entre la película y el concierto, entre el público y la pantalla, los sentidos están desbordados y la realidad logra acoplarse con un espectáculo, que incluso estando ahí, no lograría verse de la forma en que lo disfrutamos a través del filme.
Level 11 por Karina Cabrera se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-No Comercial-No Derivadas 3.0 Unported.
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