Hace algunas semanas Pedro Escobar me invitó a colaborar en Resonancia Magazine, un bonito proyecto de blog que curiosamente se llama como la columna que escribía en Rock Stage y que tiene muchas expectativas de crecer, sobre todo porque los que conforman la publicación tienen la intención de que así sea. Lo que me gustó es que no se quedan en la simple nota, se enfocan más en las ideas, en exponerlas desde un punto de vista personal que de entrada da mucho más que el simple correr de boletines y notas republicadas a lo largo de la red. No digo que no existan algunas de esas notas, sólo digo que el trabajo no se centra en eso al 100%.
La invitación fue para colaborar, con cosas como las que escribo en este blog de vez en cuando, sin embargo ya se extendió hasta una columna, que por mis ganas de arruinar muchas ideas he titulado Spoiler Alert... aunque no se vayan con la finta, mi idea de escribir no se basa en el concepto de que debo destrozar a todo el que se me ponga enfrente para mostrar un punto, eso se lo dejo a otras personas más ácidas o amargadas o que creen que la información debe ser utilizada como un arma contra el que ignora un dato.
En mi caso sólo se trata de hablar, aunque sin ánimo de verborrea, pero de vez en cuando intentaré (no sé si lograré) arruinar las sorpresas, depende que se atraviese en el camino o si me encuentro más personas que me pregunten “y qué pasó entonces” (algo que mi hermana y Chinos hacen constantemente cuando saben que ya ví la película).
En lo que voy calentando, hoy inicio con una columna sobre los cuerpos de (in)seguridad en los conciertos.
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