Risa en el absurdo

Entre datos de Morrissey y Muse, algunas recomendaciones vampíricas, unos extraños movimientos de danza árabe (por supuesto no realizados por mí) y unas rebanadas de pastel de limón mi hermana filtró el título de un libro, el cual se me escapó durante meses hasta que en otra ocasión mencionó una escena: un auto incendiándose, un pacto de seis mil años y un humor totalmente británico. Fue así como me enganchó y me vendió Good Omens.

Aunque me gustan los cómics, la verdad había pasado por alto (uhh, disculpe usted si le ofende mi omisión) a Neil Gaiman, personaje que después de causarme ataques de risa en lugares públicos me obligó a buscar más sobre él… inmediatamente me llevé un plop! cuando descubrí que ya lo conocía o al menos conocía The Sandman, Stardust, Coraline y Babylon 5, entre otras cosas (entre ellas la historia todavía no escrita de Batman R.I.P).


Volviendo a Good Omens: The Nice and Accurate Prophecies of Agnes Nutter, Witch… la historia es sobre el bien y el mal, la creación del universo, los planes inefables y, por su puesto, la llegada del anticristo, simple y directo pero con un humor a veces sin sentido al estilo de Monty Python, tal vez por esa razón Terry Gilliam quiere llevar Good Omens al cine.

Lo absurdo hace que se te olvide de que trata la historia, sobre todo cuando te pierdes entre tanto pie de página que intenta explicar con más absurdos las insólitas frases que aparecen en cada párrafo, a eso hay que agregarle las inexplicables razones para que todos los cassettes del auto de un demonio se conviertan en cintas de Queen, los kilométricos nombres de algunos personajes, una bruja que vio el fin del mundo 300 años antes (aunque no entendió mucho), los cuatro jinetes del Apocalipsis que se reúnen en tabernas para esperar pacientemente el fin de los tiempos, un cancerbero venido a menos y un anticristo de 11 años que no tiene ni idea que ya desató la guerra final entre el cielo y el infierno.

Como la gran parodia que es, Good Omens tiene un final absurdo e inesperado, muy al estilo del humor inglés, ya me quedé picada con Gaiman, voy a tener que buscar más.