David LaChapelle/ Delirios de Razón

Sus imágenes, las portadas de discos que ha creado, los videos que ha dirigido y la película Rize me obligan a hablar de él, pero me amparo más en el pretexto de que el Museo de San Ildefonso inaugurará el 3 de febrero la retrospectiva David LaChapelle/ Delirios de Razón (con subtítulo La Fe Enfrentada al Abandono) que reúne parte de la colección del libro Heaven and Hell.

En muchos casos la cámara nunca miente, pero en manos de David LaChapelle las verdades ciertamente se convierten en algo salvaje, abigarrado y chocante. Sus fotografías siempre intentan contar una historia espectacularmente planeada, siempre tienen una razón de ser, tal vez por eso LaChapelle no se considera un fotógrafo sino un cuenta cuentos.

Como si se trataran de producciones hollywoodenses centradas en el desastre, LaChapelle intenta hacer imágenes que parecen fotogramas de extraídos de una película, él selecciones el segmento del filme y nos deja decidir que clase de película estamos viendo, aunque podemos decir que no puedes evitar pensar en la comedia, el drama, el horror y de vez en cuando el soft porn.

Con el afán de empujar los límites del buen gusto, LaChapelle se ha establecido como uno de los fotógrafos en mayor demanda, llevando sus vívidos colores y su humor surrealista hasta un nivel donde el arte pop parece saltar del marco para darte y te da unas bofetadas para que olvides cualquier razonamiento y sólo te dejes llevar por cada detalle de la imagen.

Como protegido de Andy Warhol, LaChapelle lleva cada pose al extremo incomodo y la sensualidad ingenua, todo mundo lo adora por ser atrevido y por su amor por lo extraordinario. La realidad es que no quiere reinventar a las personas, pero sin duda quiere crear fotos que expresen de forma superlativa quienes son. Como fotógrafo, a David LaChapelle no le interesa reproducir lo que conocemos, prefiere crear mundos y arrastrarnos a su combinación de intensidad, surrealismo y fijación en la cultura white-trash.

La forma en que manipula cada imagen culmina en algo salvaje y cargado de creatividad y comúnmente comprometido con una carga erótica. Las monstruosidades de LaChapelle son concebidas con vestuario, fluidos, maquillaje recargado y un gran sentido del ridículo humano glorificado con la iluminación. Esa sensación la alcanza una y otra vez, aunque ninguna fotografía se parece a otra, aunque sientes el estilo y la forma en que LaChapelle percibe el mundo.

Más info? visiten www.davidlachapelle.com y www.sanildefonso.org.mx