Cada track es una expresión de las fusiones que años después se convertirían en tendencia, pero en el 2007 apenas nos encaminábamos al encuentro del flamenco con el hip-hop, ska y reggaeton, ritmos bastante experimentales y no convencionales.
Malamarismo pudo ser la continuidad de sus anteriores discos, pero Mala Rodríguez eligió desafiar a sus fanáticos y a sí misma, impulsándose en nuevas direcciones que fueron tan obvias ni fáciles. No había éxitos para la radio, sin embargo alejarse de la norma lo convirtió en un clásico.
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