En casa con mis monstruos



El niño poseído al que le hicieron un exorcismo tiene una exposición en Guadalajara, aunque no hay evidencias de la anécdota en el Museo de las Artes, las 900 piezas de la colección de Guillermo del Toro expresan de muchas maneras su fascinación por la animación, la fantasía, el terror y ese montón de cosas que alteraban el seno de su familia.

Buscamos el kit de salvación del alma del maquillista, director, escritor y productor a lo largo de dos horas de recorrido de En casa con mis monstruos, lo que encontramos fue la respuesta a la frase "porque soy mexicano" (incluso en camisetas), una mezcla de pasiones y obsesiones en nueve salas que recuerdan vitrinas de boticas antiguas iluminadas por lámparas de gas y cuartos donde posiblemente se bailó con la muerte roja o se realizaron reuniones a la sombra de la Universidad Miskatonic, son un eco de Bleak House (la de Guillermo del Toro y la de Charles Dickens).

Cada objeto en las salas se relaciona con las películas y los personajes creados por Guillermo del Toro, vemos miedos de su infancia apropiados en la edad adulta, oscuridades recurrentes en sus historias y admiración que se desborda por todos aquellos ilustradores, creadores, escritores y directores que siguen inspirándolo.



Desde el origami que te guía a través de la exposición percibes las relaciones, todo está dividido en salas, pero todo se une en una sola persona, su fascinación por los autómatas y la memorabilia del cine de terror son un fragmento de otros pensamientos, el miedo se desborda desde el papel tapiz, los cómics prohibidos siguen ocultos entre dos inocentes cuentos de Archie y la obsesión por el detalle te lleva a otros creadores que comparten el gusto por Lovecraft, Poe, Frankenstein, Nosferatu y The Twilight Zone, hay razones para temerle a la oscuridad y al mismo tiempo esperar que alguien te divierta con esos pequeños saltos en el sillón mientras observas una pantalla.




Desde que trabajaba en la publicidad los malestares ya transformaban a Guillermo del Toro, encontrarnos con esta exposición en el Museo de la Artes de la Universidad de Guadalajara es asomarse a un doblez en ese origami donde incluso las nubes dejan el panteón y se convierten en flores decorativas para que nahuales y catrinas se reúnan con otros monstruos.

Visita el sitio oficial de En casa con mis monstruos, no duden en realizar el viaje a Jalisco para ver la exposición, aunque algunas piezas se mostrarán en algunos museos en el futuro, esta será la última vez que se exhiban públicamente en conjunto.




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