Visual Arsenal - introducción

Piensa en tus discos favoritos, apuesto que puedes imaginar la portada mientras escuchas las canciones en tu cabeza. Algunas de las mejores experiencias musicales son escuchar un disco nuevo mientras estrujas entre las manos su acompañamiento creativo, la funda. Puede ser un agregado conceptual o sólo un objeto de gran belleza, pero si el diseñador es arriesgado, puede acercarse a lo fetichista.

Color, textura y texto, relieve, cortes arriesgados, tintas especiales, un papel diferente, imaginería y grandes ideas hacen que valga la pena poseer un disco. El arte de un álbum es parte de la música, sólo basta trazar una línea en la historia para encontrar las conexiones entre esas imágenes y su esencia.

Cualquier persona que tenga una colección de discos ha pasado varias horas soñando mientras escucha cada track, analizando cada milímetro de la portada, descubriendo que las imágenes la mayoría de las veces exigen esa sintonía entre lo que tienes entre las manos y lo que escuchas. Sobra decir que la conexión se convierte en toda una experiencia sensorial. Lo que hace tan atractivo el arte de un disco es ese sentimiento abstracto de la música. Podemos relacionarnos personalmente con las imágenes, con la música como vehículo de la memoria para establecer una conexión emocional, porque una buena portada complementa la música y es el toque definitivo del proceso creativo que es hacer un álbum

La influencia del arte de los discos marcó el despegue de un sector que ha llegado a convertirse en uno de los motores de la cultura del ocio a nivel mundial y posibilitó que, a partir de entonces, los diseños de las portadas se hayan convertido en un referente cultural y estético para millones de personas. Aún en la era digital, lo visual todavía cuenta, esta noción de interpretar el contenido de un producto y trasmitirlo con un lenguaje visual, como una combinación entre contenido y resonancia es una de las ideas centrales no sólo de un disco, sino de la música en general.




La portada de un álbum es un juego de seducción, que dispara nuestra conexión positiva con la música, simplemente no podemos resistirnos a esta increíble forma de creatividad, la representación visual de un disco atrae nuestra atención porque estamos relacionados con ella, poseamos el disco o no, la portada representa nuestra era y define lo que somos en la actualidad. 

A pesar de los múltiples aspectos culturales y los cambios sociales, las portadas de los discos han logrado lo que ninguna otra forma de arte ha podido: reunir moda, política, puntos de vista raciales y diferentes estilos de vida. Simplemente podemos seguir nuestra evolución cultural a través de diferentes portadas. Cada era tiene su propia personalidad y estilo que se comunica tanto por la música como por el arte que la acompaña. 






Muchos músicos, ya sea en colaboración con diseñadores o diseñando por sí mismos, se comunican visualmente a través del sonido, brindándonos una impresión abstracta de donde vienen y en donde se encuentran con cada nota e imagen. También tendemos a ligar cosas que realmente no están conectadas, enganchamos nuestra vida y la justificamos en ese lienzo de cartón o papel para sentir al autor y su música como una sola pieza.

Aunque esos tiempos parecían desvanecerse en el pasado, con una forma de expresión en peligro de desaparecer, perdiendo sentido en la minúscula pantalla de un dispositivo móvil, algunos artistas y/o sellos discográficos intentan mantener esos diseños tan característicos como el estilo de música que representan e inician pequeñas batallas personales para mantener viva esa forma de arte inherente de un disco.





A principios de los 50 no se podían evitar las imágenes de mujeres en vestidos de cocktail, hombres en corbata y niños irrealmente bellos, todos salidos de ideas ajustadas al mercado aspiracional. 
En los 60 los Beatles y los Rolling Stones alentaron a todo mundo a tener cabelleras largas y a hacer ciertos ajustes de actitud, una década después John Travolta logró vender cientos de trajes blancos y sueños de discoteca, aunque no sucedió lo mismo con los trajes spandex en los 80.

Sin embargo no podemos limitarnos a simples ideas de moda, tendencias y estilos, eso lo comprobarán en las siguientes entregas con los múltiples diseñadores, la electrizante estética de cada década, el arte controversial y los nuevos usos de las fundas en una era que aparentemente no se preocupa por ellas.



via GIPHY

0 comments:

Publicar un comentario

 


Sobre Karipunk