Bestia 2016

La bestia nuevamente fue liberada, cuatro días de intensa experimentación, con sonidos que retan al oído del verso-coro-verso para llevarlo al terreno de las vibraciones, el jam, la liberación de las restricciones del ruido y la constante de Bestia Festival, no encontrarán un evento similar en México, ninguno les va a sacudir de tal forma el oído. Bestia se va comprendiendo lentamente, empieza a saborearse cada vez más con la intervención de espacios como la Biblioteca José Vasoncelos, el día del concierto extremo y el acompañamiento del cine.

No ha sido fácil para los organizadores, ya lo platicábamos el año pasado con Claudia Curiel cuando nos presentaba los eventos curados por John Zorn, en esa ocasión se trataba de un órgano monumental a punto de hablar por el 'Dr. Caligari', en el 2016 se trató de 'El Hombre de la Cámara' y el Ciclo Georges Meliès, dos propuestas silentes que en su momento fueron un verdadero reto para el espectador, similar a lo que realiza Bestia en la Ciudad de México.




Bajo la sombra de 'Matrix Móvil' de Gabriel Orozco, Bestia Festival inició con 47 minutos de vibraciones que nos envolvieron nuevamente en el sonido avant-garde, la pieza de Jim O'Rourke que crece de forma abrumadora conforme se suman instrumentos. La ballena nos observaba flotando en la Biblioteca José Vasconcelos mientras los cambios microtonales iban hacia los macrotonales, fuimos claramente hipnotizados por el oído. Ritmos, divisiones, la estructura que desde el inicio retó a los asistentes a dejarse llevar hacia el interior, con el corazón saltando un latido al seguir la ejecución en un espacio que desde su misma estructura parece concebido para Bestia.

En el segundo día nos trasladamos a la Cineteca Nacional para presenciar la primera muestra de cine musicalizado del festival, en su momento 'El hombre de la cámara' de Dziga Vertov fue una de las primeras propuestas que mezcló el documental y el cinema verité con una serie de soundtracks en vivo que lograban resaltar la propuesta visual experimental que hasta la fecha es considerada como una obra de genialidad basada en los recursos y el discurso.

La música interpretada por Julián Bonequi, Dora Bartilotti y Fernando Vigueras llevó a 'El hombre de la cámara' a la idea central de Bestia, la renovación de proyectos audiovisuales a través del contexto sonoro. Las diversas exposiciones, los acercamientos, las aceleraciones y los fragmentos de 1929 sobre Rusia después de la revolución siempre resultan impactantes, sobre todo cuando la yuxtaposición del sonido renuevan lo que vemos en la pantalla.



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