Para llegar al rockumental, es necesario volver al inicio, al momento en que el cine empezó a volverse sonoro, con diversas vertientes experimentando entre la opereta y lo que básicamente es el antecedente de los vídeo clips. De esos primeros ejemplos me revelaron hace una semana ésta joya de estados de animo de 19 minutos, realizado en 1930 por Sergei M. Eisenstein, un gran descubrimiento si sus clases de cine en la universidad siempre se remitieron al Acorazado Potemkin.
El corto básicamente se mueve a lo largo de una canción, con imágenes que se mezclan y varias veces caen hasta la cantante Mara Griy, quien interpreta una canción sirve de contrapunto al experimento visual.
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