Cuando Dr. Dre presentó Beats Electronics lanzó una premisa: "dejar de oír, empezar a escuchar". Claramente el estilo es la marca de los audífonos, al igual que la claridad de sonidos, pero no hay forma de arreglar lo que de raíz llega con ausencias.
Neil Young tiene razón, ni con los mejores audífonos la fuente original mejora, todas esas canciones que tienes apiladas en terabytes y metidas por compresión en tu reproductor portátil tienen un sonido terrible, mínimo, suprimido y no llegan ni a la mitad de lo que el artista grabó, mucho menos lo que imaginó. Ya es tiempo que demandemos mejores alternativas para nuestra música digital.
Hace algunos meses el músico canadiense reveló su insatisfacción con el formato MP3 en la conferencia D: Dive Into Media e invitó a los asistentes a ser partícipes del fin de una era. Para reiniciar el ecosistema del consumidor de audio digital, todo debía comenzar con los formatos de archivos para dispositivos de reproducción e impedir que la compresión signifique la pérdida de calidad y que obtengamos únicamente el 15 por ciento (si, leyeron bien) de lo capturado en los masters de grabación, una gran pérdida de riqueza y complejidad sonora.
En ese momento, Young dijo: “mi objetivo es intentar rescatar la forma de arte que hemos practicado en los últimos 50 años... Vivimos en una era digital, y desafortundamente está degradando nuestra música, no mejorándola”.
Lo grandioso de Neil Young no es confirmar lo que ya sabíamos, sino que su desprecio por el MP3 no se remite a la idea de hacerlo desaparecer, al contrario, comprende que el formato ya está aquí, por lo tanto requiere múltiples mejoras para lograr que escuchemos lo que merecemos y obtengamos exactamente lo que el músico tanto esfuerzo dedicó.
El músico siempre ha sido un pionero audiófilo, se ha mantenido firme en la remasterización de sus álbumes en los últimos años (en formatos específicos y bastante caros) y en varias ocasiones se ha quejado sobre la calidad de la música digital. “Cuando comencé a grabar discos, teníamos un cien por ciento del sonido”, dijo en la conferencia en California a principios de este año. Ahora escuchas un mp3 al mismo volumen y la gente abandona el cuarto. Duele... no es que lo digital sea malo o inferior. Es la forma en que ha sido utilizado, no es suficiente para transferir las profundidades del arte”.
Young pone su voz a uno de los problemas de los que tanto hablan los amantes del audio, un tema muy diferente al que se ha expuesto hasta el cansancio cuando se habla de formatos digitales, no se trata de números, pérdidas económicas o la idea de no poseer nada físico, tampoco es sobre los agregados que debe tener un MP3 para ser más atractivo o la pérdida del arte de portada, tal y como se los expuse con MusicDNA hace muchos meses, se trata de la que debería ser la preocupación fundamental de la industria discográfica: el sonido.
Es claro, nuestras librerías de iTunes no le hacen justicia a la grabación original, nuestras copias en MP3 no son tan buenas como las del CD, son inferiores a las fuentes análogas o las cintas maestras, resuelven y alegran nuestra vida con portabilidad, pero tal vez sea necesario volver al momento en que se quemó Tom´s Diner de Suzanne Vega (el primer MP3 de la historia) y redefinir todo lo que se ha copiado desde 1994.
Neil Young no bromeaba cuando utilizó la palabra “reboot” hace algunos meses, el legendario compositor de hecho ha estado trabajando en “una alternativa de audio al formato MP3 de alta resolución y en los últimos meses ha estado haciendo arreglos con la oficina de patentes para hacerlo oficial. Pono viene en camino.
En junio del año pasado Neil Young registró las frases 21st Century Record Player, Earth Storage, Ivanhoe y Thanks for Listening, que acompañarán a Pono, un revolucionario sistema de audio que brindará la calidad de sonido más cercana posible a lo que artistas y productores han creado.
Desafortunadamente los sonidos, con todos los espectros, frecuencias, agudos y graves que no hemos escuchado en mucho tiempo, no llegarán rápidamente, al menos tardará un año debido al proceso de registro y verificación, pero si todo sale en favor de Young, podremos descargar música que sonará tal y como se escucha en el estudio. Probablemente eso es lo que nos brindará finalmente la diferencia entre una copia original y una pirata.
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