A diferencia de la primera parte de la trilogía, que trazó la escena punk de principios de los 80 con un ojo crudo, pero limpio, The Metal Years es una aproximación diferente, ofrece un esquema general entretenido y accesible de la forma de vida del heavy metal, mostrando los egos inflados de los músicos con un sentido del humor estridente (en su mayoría involuntario) centrado en las personalidades y sueños de fama irrealizables dentro de la escena de glam metal de Los Ángeles a mediados de 1980, que se caracterizó por el exceso y fue celebrada por esa misma razón.
La película sigue a Penelope Spheeris mientras explora esa escena, sus clubes, sus posibles estrellas y su forma de entender el mundo. Aunque la directora permanece fuera de la escena en la pantalla, podemos escucharla pidiendo explicaciones a un gran número de músicos sobre su filosofía personal de la vida, la música y el sexo. Sea o no intencional, The Decline Of Western Civilization pone de manifiesto los aspectos más ridículos de los personajes durante las entrevistas, el documental es sumamente observador respecto a las actitudes, tan observador que son justificables las risas al enfocarse en diversos aspectos de esa subcultura del metal, que acepta lo fascinante, lo absurdo y lo deprimente en un mismo plano.
La definición del heavy metal es asentada una y otra vez por los fanáticos y los músicos poco conocidos, la frase de sexo, drogas y rock and roll es evidenciada por ellos, pero las entrevistas con Alice Cooper, Gene Simmons, Paul Stanley (quien es entrevistado en una cama acompañado por un trío de modelos) y los autoproclamados “gemelos tóxicos”, Steve Tyler y Joe Perry de Aerosmith, son las que proporcionan una perspectiva más amplia de lo que significa el género y sus implicaciones.
La serie de bandas intercambiables o desechables, son los blancos más fáciles de The Decline Of Western Civilization, adquieren una actitud presuntuosa bajo el maquillaje, los disfraces extravagantes y el vanagloriarse de sus aventuras sexuales fuera del escenario. Lo más importante, Spheeris no tiene miedo de mostrar en todo su esplendor la insípida e irresponsable imagen del glam metal, incluso si se trata de mostrar a Ozzy Osbourne incapaz de verter un simple vaso de jugo de naranja por sí mismo.
Inevitablemente, el abuso del alcohol se convierte en el tema dominante en el filme, con varios fanáticos borrachos y con varios músicos aún más borrachos que afirman una y otra vez que saben que alcanzarán el éxito porque están destinados a tenerlo. No hay forma de no tener éxito. En la escena más notable de The Decline Of Wstern Civilization vemos a Chris Holmes de W.A.S.P., autoproclamado alcohólico de tiempo completo, flotando en un silla dentro de una piscina, ahogándose abruptamente en varias botellas de vodka mientras su madre observa apenada y confirma que “únicamente no bebe cuando está dormido”.
Fanáticos o no del heavy metal o cualquiera de sus vertientes descubrirán que The Decline of Western Civilization Part II: The Metal Years es inesperadamente interesante por una sola razón: Penelope Spheeris posee una increíble forma de hacer las preguntas correctas. Aunque no aparezca a cuadro, sus presencia permanece latente en todo el documental, mostrando un respeto e interés que logra que los entrevistados no duden en responder honestamente a preguntas como “¿qué tienes que decir a la gente que piensa que tu música tal vez no es tan original?”, “¿dónde te ves en 10 años?”, “¿qué pasará si no te conviertes en una estrella de rock-and-roll?”, “¿estás en esto por el dinero?”.
Spheeris nunca juzga la moral de sus entrevistados, pero sugiere indirectamente que muchos de los que cita tienen un deseo más allá de la realidad. A pesar que las entrevistas se filman en lugares distintos, todas comparten el tema común del exceso como el medio para alcanzar la fama. La directora y su equipo no necesitan trabajar mucho para alcanzar la sátira, sus sujetos de investigación ya viven un estilo de vida que supera la auto-parodia y el enfoque de total megalomanía.
La otra parte importante en The Decline of Western Civilization son las escenas en vivo, que al igual que en la primera parte tienen toda la intención de capturar la esencia del género, pero en éste caso captura todos los clichés del glam rock. Spheeris las utiliza para acentuar los motivos e intenciones del género, desde su propuesta visual, su actitud en el escenario y el significado de sus letras, que al unirse a las declaraciones y entrevistas hacen que The Metal Years adopte una aproximación caleidoscópica, donde las personalidades no sólo lucen más ridículas, sino también dolorosamente humanas.
Level 11 por Karina Cabrera se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-No Comercial-No Derivadas 3.0 Unported.
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