La miseria es el rio del mundo: Tom Waits



Mientras lo observas deambular en el bosque en 'The Dead Don't Die' de Jim Jarmusch, recuerdas cuanto extrañas su voz y sentido del humor, hemos tenido muy poco de él, el año pasado recuperamos la esperanza con 'Bella Ciao' del disco 'Songs Of Resistance 1942 - 2018' de Marc Ribot y en el 2019 nos lo volvemos a encontrar en tracks de The Replacements, sin embargo no es suficiente de Tom Waits, el inadaptado y freak de culto, que en un momento sumamente productivo lanzó dos colecciones de manías humanas bajo los títulos de 'Alice' y 'Blood Money' en el 2002, producciones que le permitieron tomar de nueva cuenta el papel de narrador y devorador de historias sórdidas, aptas para adultos que temen como niños e infantes que sufren como adultos



Tom Waits es uno de esos personajes extraños que fascinan, a pesar de que se ha exiliado por iniciativa propia de cualquier pretensión del negocio de la música, al menos de la fama y la sobre exposición en los medios de comunicación, tardando una eternidad para lanzar un nuevo disco, que por supuesto no será apoyado por una extenuante gira promocional. Sin duda ese no es el estilo de Waits. Así nos dejó colgados en el 2004 con 'Real Gone' y en el 2011 con 'Bad As Me', en este último nos hacía saber que algo estaba cambiando en la industria de la música y no lo estaba disfrutando tanto, se perdía el contacto uno a uno y se masificaban las emociones por los discos.



Sin contar con sencillos programados constantemente en las estaciones de radio, Tom Waits ha logrado sobresalir con su voz grave, sus poesías sobre personajes nocturnos, borrachos y exiliados socialmente, brindándole una gran cantidad de seguidores que han llegado hasta él por recomendaciones de persona a persona.

A la par de sus éxitos como vocalista, se encuentra su trabajo como actor y compositor de música para películas desde 1978, participando en más de 28 producciones, basta mencionar filmes como ‘Short Cuts’ (1993), ‘Dracula’ (1992), donde interpreta al come-moscas R.M. Renfield; ‘The Cotton Club’ (1984), ‘Rumble Fish’ (1983) y ‘The Outsiders’ (1983), siempre caracterizando personajes que no encuentran el límite ante cualquier regla o que apoyan una idea muy clara sobre el mundo.



  • DOS HISTORIAS SOBRE OBSESIONES
Las características que han hecho famoso a Tom Waits, lejos de cualquier publicidad innecesaria, estaban presentes en 'Alice' y 'Blood Money', con cortes escritos por Waits y su esposa Kathleen Brennan para un par de producciones vanguardistas del director Robert Wilson: Alice (estrenada en 1992), basada en las obsesiones sexuales del autor Lewis Carroll en “Alicia en el País de las Maravillas y “A través del Espejo”; y 'Woyzeck' (estrenada en el año 2000), adaptación de una obra alemana del siglo XIX sobre un soldado que va de la locura hasta el asesinato de su esposa. Terreno bastante fértil de oscuridad para Waits, quien es un experto en exponer las actitudes y manías de la raza humana.

Waits abrió la puerta de un espectáculo de inadaptados sorprendentemente, pero a diferencia de sus anteriores álbumes, ambas historias contaban con un final feliz, formando un ciclo a través de cada track donde se relataba lo que había pasado anteriormente y lo que sucedería a continuación. "Las canciones se unen al sueño del que escucha, y completan un ciclo que realmente les pertenece”, explicaba Waits. “Estas canciones son pasos inseguros en una casa extraña, en la oscuridad”.

'Alice' eran canciones de adultos para niños, o canciones infantiles para adultos, un sueño febril, un poema a tono. 'Blood Money' era carne y huesos, las canciones encontraban sus raíces en la realidad, en los celos, la furia, lo que mueve a los humanos... eran más carnales.

  • DIFERENTES PERSONAJES EN UNA SOLA VOZ
Ambos discos son testimonio de la magia que hace tangible Tom Waits a través de su voz, que puede ir de la tranquilidad hasta la furia que raya en la locura, acompañado de cuerdas, instrumentos de viento y su clásico piano, creando una atmósfera diferente para cada álbum. Son claras las diferencias entre 'Alice' y 'Blood Money', en el primero Waits adopta dos tipos de voces, una suave (‘Alice’, ‘Flower's Grave’) y otra gutural al estilo de Louis Armstrong (‘Kommienezuspadt’, ‘Everything You Can Think’, ‘Table Top Joe’), que hacen el recorrido por la historia entre la dulzura y el espanto.

El segundo es macabro desde la canción que abre el disco, ‘Misery Is the River of the World’, siguiendo la tendencia a lo largo de los 13 tracks que componen el álbum, teniendo como puntos clave ‘God's Away on Business’, ‘Everything Goes To Hell’ y ‘Staving In The Belly Of a Whale’, que muestran a Waits como el maestro de ceremonias de una acto circense entre burlón y sombrío.

Si apenas estás encontrando a Tom Waits, apreciarás ambos discos debido a la forma en que su voz se transforma en cada track en la búsqueda de cada personaje, como si fuera un narrador lunático, que envuelve con suavidad y después está dispuesto a saltar sobre el que lo escucha.



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