Cuando una banda tiene por lema “revolución con el ejemplo” no puedes esperar que un documental sobre su historia siga estándares. Durante 12 años Fugazi probó ser la excepción a muchas reglas, incluso dentro de las mismas líneas del punk, manteniendo siempre su integridad contra lo establecido, considerando el control creativo como una necesidad y único camino posible.
La colección de material presentando en Instrument no sigue el molde ya establecido por el rockumental, pone sus propias reglas para marcar un ritmo que se convulsiona tanto como los integrantes de Fugazi sobre el escenario, pero de una forma tan auto-indulgente que incluso la música se vuelve un lujo del cual se puede prescindir. En el caso de Instrument, la ausencia de canciones es casi por completo, no pretende crear un trazo sonoro de sencillos de la banda, sino una energía de la música.
Instrument se mantiene cerca de sus ideales como grupo, carece de una dirección específica, documenta sin ser un documental, jamás aborda a sus integrantes como personas, no sigue una línea cronológica de la banda ni de los acontecimientos íntimos que posiblemente generaron algunos discos. Las entrevistas que se ven esporádicamente son creadas por estudiantes y sólo sirven para acentuar ideas sobre política, sociedad y creencias en el núcleo de Fugazi, pero más allá de eso el filme no abandona el camino, se mantiene firme en el concepto de que la música es el centro de todo, no el pretexto para recrear inicios y logros.
Siendo la excepción, tampoco ofrece imágenes de excesos y groupies, lo poco que ves del grupo es en el camino de la forma más honesta posible, sin alardear o dar muchas explicaciones, lo que ves es lo que es y no debe importarte nada más allá de la música o el discurso sobre el escenario, por eso en muchos fragmentos del filme se da más importancia a la voz de sus seguidores, quienes desde la fila, esperando entrar a un concierto de Fugazi, logran explicar a grandes rasgos el impacto de la ética de la banda en sus vidas.
Instrument tampoco es el documental de concierto promedio, es verdad que en dos horas logras ver muchos instantes en vivo compilados a lo largo de 10 años, sin embargo la mayoría de las veces no obtienes canciones completas, sino algunos acordes instrumentales que enfatizando la presencia hipnótica y explosiva del grupo sobre el escenario, revelando que la dinámica entre Guy Picciotto, Ian MacKaye, Joe Lally y Brendan Canty es mucho más impactante que cualquier elemento tecnológico utilizado para hacerlo más vistoso.
Jem Cohen, colaborador de la banda desde 1987, logra crear la perspectiva del grupo con imágenes más que palabras. Todo lo que representa la banda es mostrado en éste filme, de forma concisa y vívida, guardando la música y las declaraciones para otros documentales más convencionales. El director muestra el trabajo de Fugazi con cierto humor, pero también permite que lo cotidiano se convierta en una declaración de principios para establecer diferencias entre lo que hemos visto con anterioridad y los que se muestra en una década de archivos en Super 8 sobre Fugazi.
Con Instrument: Ten Years with the Band Fugazi, el grupo logra permanecer como un símbolo, incorruptible a los estándares, porque incluso cuando lanzan un producto promocional, como podría ser un documental, deciden mostrarse bajo sus propios términos, aunque eso signifique escuchar poco sobre ellos y al mismo tiempo conocer más de lo que otra bandas deciden mostrar.
Level 11 por Karina Cabrera se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-No Comercial-No Derivadas 3.0 Unported.
Basada en una obra en www.sonicarsenal.blogspot.com.
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