Thurston Moore de Sonic Youth lo describió como "el último mixtape”, pero es una mezcla de carácter vívido. All Tomorrow’s Parties es un festival tan independiente, que muchos amantes de la música se refieren a él como uno de los eventos musicales más importantes del mundo por su ambiente íntimo y comunitario, libre de patrocinios corporativos y que se sirve en una embriagadora combinación de música experimental, mini golf y un chalet con músicos y aficionados viviendo lado a lado que asisten para escuchar la energía de un curador, elegido para reunir a sus actos favoritos durante un fin de semana en un campamento de vacaciones fuera de temporada junto al mar.
Iniciamos con un montaje en Super 8 de la clase media británica descendiendo a los campamentos en la playa en masa. En uno de esos chalets comunales en Minehead, escuchamos la voz del fallecido Jerry Garcia hablando sobre la visión de un concierto utopía en donde “no habrá cabezas de cartel. Sólo habrá música”. La canción de Tommy de The Who se convierte en una referencia a esos campos vacacionales y aparece varias veces para acentuar esa idea que se empieza a formar en primer lugar con las imágenes de los 50 y 60, llenas de familias buscando un poco de sol y diversión.
Parte película de concierto, parte manifiesto rebelde, este documento cubre varios años en la vida de un festival de música fuera de temporada que ha sido organizado en el campo Inglés cada año desde 2002. El documental traza la historia de All Tomorrow's Parties, con sus orígenes en la década de lo 90 en un campamento de vacaciones junto al mar en Camber Sands, Inglaterra, y los eventos y actuaciones que lo han formado en los últimos años.
La cronología es algo más o menos insinuado, ya que el documental no es tanto un relato, sino una celebración caleidoscópica de la experiencia musical y lo que caracteriza al festival, la mezcla ecléctica de artistas seleccionados para llevarlo a cabo, y la naturaleza orgánica de la música, que parece surgir de cualquier lugar donde las personas se reúnen dentro de All Tomorrow's Parties, ya sea en un escenario, una galería, una habitación con espectadores en las ventanas, una sala de vídeo juegos, un jardín o la playa.
Los fragmentos de Patti Smith, Sun Ra, Iggy Pop y actos de diferentes épocas son los que explican cómo se sienten acerca de la música, pero las principales delicias de los fans ocurren entre cada actuación y con los mismos artistas (que son fans, por supuesto), con las personas que llegan a la localidad, la historia, los conciertos, el after show, las actuaciones espontáneas fuera de los chalets, el vino barato de la tienda en el centro, Lightning Bolt volando un altavoz, los Yeah Yeah Yeahs caminando alrededor de todos, Daniel Johnston sentado en un jardín con un montón de gente oyéndole cantar y tocar una guitarra acústica y las personas que regresan a casa después de una larga noche que realmente nunca termina. Al menos no hasta que abandonas Minehead.
El filme es un bricolage basado en elementos multi media grabados por cientos de aficionados, asistentes, cineastas y músicos a lo largo de una década del festival, fue construido alrededor de imágenes amateur y prefesionales en Super 8, vídeo cámaras y teléfonos celulares, con contribuciones clave de Jonathan Caouette y Vincent Moon, quienes lograron que cientos de horas de grabación se convirtieran en un mensaje. Un mensaje provocador y relevante.
Tal vez Jonathan Caouette se restringe a si mismo con el crédito de “co-director” y le da el reconocimiento a sus 152 colaboradoes como “All Tomorrow’s People”, pero él es quien logra que el filme encarne placenteramente la generosidad interactiva de talentos, cuya confluencia se describe en cada minuto de All Tomorrow's Parties. El documental supera las opciones de la película de concierto al lograr que las imágenes eleven al festival a un nivel mítico, donde la gente real se conecta con emociones reales y música real al nivel del piso bajo un espíritu cercano al Do It Yourself.
La idea es comunicada con gran claridad en el documental, cuando las piezas de la película se unen a través de esas actuaciones formales e informales, el recuento de las diferentes personalidades de cada edición de All Tomorrow's Parties se convierte en un divertido manifiesto que incluye la experiencia. Mientras vemos, sentimos la alegría y la salvaje diversión que retoma la idea de Tommy sobre ser joven y amar la música, sobre un festival curado por músicos (y otros artistas) para gente que ama la música, que no es sobre grandes nombres y prestigio, que no tiene grandes efectos de luces o multitudes. Es sobre la experiencia íntima entre el músico y el fanático y su esencia.
Level 11 por Karina Cabrera se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-No Comercial-No Derivadas 3.0 Unported.
Basada en una obra en www.sonicarsenal.blogspot.com.
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